(…) El extraordinario film de Frank Borzage TRES CAMARADAS, es una adaptación de la tercera novela del alemán Erich María Remarque, nacionalizado norteamericano en el año 1947, que contiene, como casi toda la obra del escritor, una gran dosis de pesimismo con respecto a la guerra y, a su aparente término, sus consecuencias sobre la población civil. (…) No hay que dejarse engañar por el hecho de que, aparentemente, el tema argumental conductor sea una historia de amor: la que viven Erich Lokhamp (Robert Taylor) y Patricia Hollman (Margaret Sullavan) en la convulsa Alemania de los años veinte. Detrás de ella, y como corresponde siempre a la literatura de Remarque, hay una carga pesimista tan intensa como la que se encuentra en sus otras novelas (…); carga pesimista que fue bien entendida y asumida por el realizador Frank Borzage y los guionistas Scott Fitzgerald y Edward Paramore, quienes tuvieron el acierto de dejarla como fondo continuo del relato o como un latido que en sus momentos de sístole ahoga a los personajes; no solo a Erich y a Patricia, también a Otto Koster (Franchot Tone) y a Gottfried Lenz (Robert Young), los dos hombres que, junto con Erich, dan sentido al título de la novela y del film, e incluso a los secundarios, refugiados detrás de los márgenes de sus pequeños mundos. (…) Uno de los aspectos más destacados del film reside en la creación de un estado armónico entre los tres personajes masculinos (…). En el contexto de la obra borzaguiana, TRES CAMARADAS materializa mejor que otras la idea de un amor que sobrepasa los límites cotidianos para instalarse en la conciencia de la Eternidad. (…) Scott Fitzgerald se responsabilizó del guion, pero aunque era un consumado escritor de diálogos -en la secuencia inicial, Erich brinda por la vida que no ha vivido, ya que pasó de la cuna al frente de batalla. La guerra se lleva la infancia y la inocencia por delante-, carecía de la visión propia del dramaturgo para tratar un tema. (…) El entonces jefe de producción de la Metro, Joseph Leo Mankiewicz, introdujo muchas correcciones en el guion, lo que motivó un agrio enfrentamiento entre productor y escritor reflejado tiempo después por las dos partes. (…) Pero chapeau para quien escribiera este diálogo de Erich, fuera Fitzgerald, Mankiewicz o cualquier otro asalariado anónimo del estudio (…)
Texto (extractos):
Quim Casas, “Frank Borzage, cámara y espiritualidad: un estilo trascendental”,
rev. Dirigido, diciembre 2001.
José Mª Latorre, “Tres camaradas: la guerra después del frente de combate”,
rev. Dirigido, septiembre 2011.