(…) Quienes piensen que las alturas es mejor dejárselas a los pájaros no deberían ver MONTAÑA, una deslumbrante y vertiginosa hazaña cinematográfica arropada con una partitura de antiguas y nuevas composiciones de música clásica grabadas por Richard Tognetti y su Orquesta de Cámara Australiana (AOC). La continuación de Sherpa (2015) de la directora Jennifer Peedom, examina nuestra obsesión histórica con las cumbres del título y es un trabajo completamente diferente, ya que abandona la narrativa humana tradicional para centrarse en el majestuoso e indiferente telón de fondo de aquella película. El resultado es una de las películas de ensayo más viscerales jamás realizadas, en la que Peedom y Renan Ozturk, su director de fotografía (y sherpa) de alta montaña, despliegan una serie de imágenes resplandecientes que solo deberían verse en una gran pantalla de cine. Los planos de las montañas nevadas rodeadas de nubes y de los temerarios que las escalan se superponen con extractos de las memorias-meditación de Robert Macfarlane de “Las montañas de la mente” (2003), a las que Willem Dafoe pone voz con la escarpadura adecuada. (…) La narración impresionista, obra de Peedom y Macfarlane, sitúa el surgimiento de las ciudades como el momento en que comenzó la escalada recreativa, impulsada por el deseo de volver a conectar con la Naturaleza. A continuación se ofrece una rápida lección de historia, con imágenes de los primeros turistas alpinos bajando por suaves pendientes, y de Hillary y Tenzing. Su valentía se contrapone (…) a la de los aficionados al Everest de 2017, que se “divierten” gracias a los riesgos desproporcionados que asume la población local de sherpas. “Los aventureros de hoy no escalan”, dice Dafoe, “esperan y hacen cola”. (…).
Texto (extractos):
Harry Windsor, The Hollywood Reporter, junio 2017.