(…) La imagen inicial de EL QUE RECIBE EL BOFETÓN es la de un clown haciendo girar una bola del mundo. Una imagen que presagia la futilidad y arbitrariedad de todas las cosas (…). Segundo film realizado en EE.UU. por Sjöström, es una emotiva reflexión sobre el engaño y la humillación a que se ve sometido, por la traición de su esposa y su mejor amigo, un científico, Beaumont (Lon Chaney), quiense transforma entonces en Él, el apodo desnudo por el que se le conocerá cuando tenga un éxito enorme como payaso. El éxito será en sí mismo la rentabilización de esa humillación. (…) En lo visual, Sjöström crea un original leitmotiv centrado en la figura del círculo y la esfera. El movimiento rotativo, sin principio ni fin, alude a los eternos giros de la existencia. En las primeras escenas un payaso hace girar una bola sobre la punta del dedo, imagen que se repite cada vez que se produce un cambio de situación. Si al comienzo la bola se transforma en un globo terráqueo en manos del científico, poco después, cuando este se entera de la doble traición, el globo cae al suelo como metáfora de su desequilibrio mental. La pista del circo, rodeada de payasos, forma parte de la misma concepción. Otro de los recursos es el empleo de audaces elipsis y encadenados (…). Donde mejor se nota es en la forma de resolver la separación matrimonial del barón: solo cuatro planos (…). Sjöström sabe transformar la endeble historia en una película conmovedora y poética, y en última instancia en una reflexión sobre la condición humana. Abundan los momentos mágicos, hechos de emoción y lirismo, característicos del mejor el cine mudo (…).
Rafel Miret, rev. Dirigido, febrero 2012 (extracto)
Quim Casas, rev. Dirigido, marzo 2024 (extracto).