Previa a la proyección habrá un diálogo sobre la misma:
“Días contados” de Juan Madrid / “Días contados” de Imanol Uribe
(…) La última película de Imanol Uribe recibió la Concha de Oro de la última edición del Festival de San Sebastián en medio de una notable división de opiniones. (…) Creo que se trata de un error que va en contra de una película que tiene un cierto interés pero a la que un premio excesivo como éste puede acabar perjudicando más que ayudando (…).
DÍAS CONTADOS es en cierto sentido un nuevo intento de Uribe de hacer un thriller pero situado en Madrid en lugar de en Bilbao como ocurría en Adiós pequeña. Pero a diferencia de esa película -y quizá por estar basada en una novela de Juan Madrid- en su última película algunos personajes tienen verdadera entidad. Y me estoy refiriendo fundamentalmente a las dos protagonistas de la historia, a Charo y a Vanessa, ya que los otros personajes logrados como Lisardo son meramente episódicos. Pero no se puede decir otro tanto del protagonista, Antonio, sobre el que se hace recaer tal cúmulo de casualidades que acaban por arruinar la credibilidad del film.
Parece que lo que ha interesado a Uribe era el choque de dos caracteres muy diferentes y por eso conservando el personaje de Charo de la novela, abandona el fotógrafo de la movida madrileña que le opone Juan Madrid y trata de buscar un personaje que se encuentre en una situación límite. La elección de un etarra puede que presentara algunas ventajas de partida pero a la postre suponía una gran cantidad de inconvenientes que el director ha sido incapaz de obviar. Lo que en la novela era lógico, que el protagonista se acercara a Charo y a su mundo de yonquis y de prostitución, en la película resulta extraordinariamente improbable. Consciente de esa situación, y en su intento de salvar un cierto grado de verosimilitud, Uribe trata de que el personaje sea un etarra atípico, en conflicto con la dirección y un poco desquiciado (…).
Pese a estas objeciones no se trata de una película sin interés. Algunos de los personajes –fundamentalmente los de las dos muchachas, el de Lisardo, una parte de las actuaciones de Rafa, el policía- están bastante bien descritos; Uribe consigue igualmente mostrarnos un Madrid de yonquis atípico pero creíble aunque la contraposición Madrid- asfalto / Granada-verde no funcione en la realidad como teóricamente debería hacerlo. La película en términos generales está rodada con oficio y solidez, lo que no es demasiado frecuente en un cine español donde abunda la chapuza, pero por el contrario la historia de amour fou que Uribe pretendía contar no lograr plasmarse en la pantalla. (…) Uno de los mayores atractivos del film consiste en la incorporación de nuevos rostros a nuestro cine. Personalmente pienso que Ruth Gabriel y sobre todo Candela Peña dan frescura y humanidad a sus personajes, siendo la interpretación probablemente lo más conseguido del film. (…).
Texto (extractos):
Antonio Castro, “Días contados: un thriller rodado con oficio”,
rev. Dirigido, octubre 1994