AGUAS PANTANOSAS

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Fecha y Hora: MARTES 5. 21’30 h. Entrada libre (hasta completar aforo). Lugar: Salón de Actos de la E.T.S. de Ingeniería de Edificación.

MAESTROS DEL CINE CLÁSICO VI: JEAN RENOIR (3ª parte). Centro de Cultura Contemporánea Cine Club. Universidad de Granada.  

Año de estreno: 1941. Duración: 86 min. 
País:
EE.UU. Género: Drama.

Poster de la película.

Título Orig.- Swamp water.  Director.- Jean Renoir.  Argumento.- La novela de Vereen Bell.  Guión.- Dudley Nichols.  Fotografía.- Peverell Marley y Lucien Ballard (B/N).  Montaje.- Walter Thompson.  Música.- David Rudolph.  Productor.- Irving Pichel.  Producción.- 20th Century Fox.  Intérpretes.- Waltern Brennan (Tom Keefer), Walter Huston (Thursday Ragan), Ann Baxter (Julie), Dana Andrews (Ben), Virginia Gilmore (Mabel), John Carradine (Jesse Wick), Mary Howard (Hannah), Eugène Pallete (Jebb McKane), Ward Bond (Tim Dorson). v.o.s.e.

Música de sala:
La ciudad (The city, 1939) de Ralph Steiner
De ratones y hombres (Of mice and men, 1939) de Lewis Milestone
Bandas sonorsa originales de Aaron Copland.

 Temática:
   «Tom Keefer vive oculto en los pantanos desde hace años, huyendo de una justicia que le considera culpable de un crimen que no cometió. Es su inmensa cárcel particular: cientos de kilómetros de los que no puede salir, pero en los que nadie se adentrará para encontrarle. Sólo debe seguir las leyes dictadas por la naturaleza (pero en todas partes existe un código, escrito o no, que debe respetarse). Cuando finalmente es autorizado por los poderes establecidos para salir de su “estrella” y volver a vivir entre “ésos que se llaman seres humanos”, duda. Prefiere vivir bajo las normas del pantano que acatar las leyes dictadas por el hombre. Sólo se reincorpora a la vida en sociedad por su hija y, ¿por qué no?, por Trouble(el perro de su yerno), que se ha convertido en su mejor amigo (en una de las visitas que Ben le hace a su isla, éste comenta que Keefer se alegra más de ver a su perro que a él, lo cual no deja de ser cierto), y junto al que clausura el film».
Texto:
Carlos J. Plaza, “Aguas pantanosas” en Jean Renoir,
rev. Nosferatu, nº 17-18, marzo 1995.

Análisis:

    «El último día de 1940, tras haber huido de horrores de la guerra que asolaba Europa, Renoir llega a Nueva York. Otro director del Viejo Continente acude a los Estados Unidos en busca de paz y, también, de trabajo. Y, al igual que todos sus compañeros de profesión emigrados, se da cuenta pronto de que dicho trabajo, el cine, no se entiende de la misma manera en la patria de D. W. Griffith que en la suya. No es lo mismo hacer una película en Francia que en Hollywood. El comienzo del aprendizaje lo marca AGUAS PANTANOSAS, realizada por Renoir en 1941 para Darryl F. Zanuck, el todopoderoso magnate de la Fox. Tras haberse barajado diversos proyectos para su debut americano -entre ellos, una nueva versión de La bestia humana (1938) y un remake del mítico Amanecer(Sunrise, 1927) de Murnau-, Renoir se decide finalmente por llevar a la pantalla un guión de su amigo Dudley Nichols, basado en una historia de Vereen Bell publicada en el Saturday Evening Post. Y consigue que Zanuck le autorice a rodar en el lugar donde se desarrolla la acción, el pantano Okefenokee, en el sureño estado de Georgia. En aquella época, los grandes estudios rodaban siempre sus producciones en Hollywood, donde sus equipos de decoración eran capaces de recrear cualquier ambiente. Sin embargo, Renoir considera muy importante el hecho de rodar en escenarios naturales, no sólo para que el público se crea lo que está viendo, sino sobre todo por los actores: “Todo lo que rodea al actor se debe subordinar al siguiente fin: poner al público en contacto con un ser humano. El decorado puede contribuir mucho a ello, no a través de la ilusión que procura al espectador, sino por la influencia que puede ejercer sobre el actor. Esto es particularmente cierto en el caso de las tomas en exteriores reales. En muchos casos, una ampliación fotográfica podría servir, pues el público no se enteraría de nada. Para el actor, sin embargo, es otra cuestión”.

   AGUAS PANTANOSAS representa, por tanto, un cambio importante en la política de las grandes productoras estadounidenses. Es uno de los primeros filmes que se rueda en escenarios naturales. Y la película se beneficia de ello. El ambiente en que crece y vive un ser humano determina en gran medida su carácter, su personalidad. Y esto es especialmente cierto en un lugar como el Okefenokee. Todas las actuaciones de los personajes de esta historia se encuentran determinadas, en mayor o menor medida, por el pantano, que se convierte en el protagonista principal (como ya indica su propio título) de la primera realización de Renoir en los Estados Unidos. Por esto era tan importante para él rodar en el propio Okefenokee. Setecientas millas de terreno irregular, de agua, tierra y barro; cocodrilos (viejos amigos del cineasta) y venenosas serpientes (que han acabado con la vida de unos cazadores al comienzo del film); grandes árboles que ocultan el sol, calor, humedad… 
   Los personajes que transitan por los fotogramas de la película se encuentran sometidos a los designios de la naturaleza, que dicta las leyes y se erige en juez de lo que sucede en sus dominios (por ejemplo, con el “ajusticiamiento” de Bud Dorson, con las arenas movedizas como improvisados “verdugos”). Para sobrevivir en este territorio hay que conocerlo bien.
    “El interés de la historia recaía fundamentalmente en el carácter de los protagonistas del drama. Me fascinaban aquellos personajes primitivos”. Y los habitantes del Okefenokee son como son porque viven en los pantanos. Gentes de una pieza, sencillas y transparentes, que habitan un lugar anclado en el pasado. Se dedican a la caza, de donde extraen su alimento y que les proporciona pieles para comerciar. Como cientos de años atrás. El tiempo se ha detenido en el Okefenokee. Las personas se aman, se odian, se temen, se respetan, se aprecian o se enfrentan de una forma visceral, directa, “desde dentro”. Todo lo que sienten se refleja en su rostro (cuando Thursday Ragan llega a casa y ve el cuerno de caza de su hijo, lo que indica que ha vuelto, la cara se le ilumina, a pesar de que la actitud que adopta ante éste no demuestre ninguna alegría, más bien lo contrario). Los sentimientos son puros; los conflictos, primarios».
Texto:
Carlos J. Plaza, “Aguas pantanosas” en Jean Renoir,
rev. Nosferatu, nº 17-18, marzo 1995.

 Vídeo de «Aguas pantanosas (1941)«