Como parte de la colaboración de La Madraza en los Encuentros Manuel de Falla 2024, al día siguiente, jueves 21 de noviembre, tendrá lugar en la Sala Máxima del Espacio V Centenario, sede del Cineclub Universitario, la proyección de la película L’enfant prodigue (ca. 1912-1916) de Michel Carré hijo con la interpretación de la música para piano de André Wormser (66 min) a cargo de Juan Carlos Garvayo. Copia conservada en el Centre national du cinéma et de l’image animée de París.
En 1907, Manuel de Falla se trasladó al París de las vanguardias para ampliar sus horizontes musicales. Apurado por dificultades económicas, aquel verano se enroló como pianista en una compañía teatral de gira por Europa para interpretar la música que había compuesto André Wormser para la pantomima L’enfant prodigue. Esta pantomima en tres actos, compuesta en 1890 para el Theatre des ouffesParisiens, basada en un libreto de Michel Carré –hijo del gran libretista Michel Carré y primo de Albert Carré, director de la Opéra-Comique de París (donde se estrenará La vida breve de Falla)– había alcanzado un gran éxito en París y lo haría al año siguiente en Londres. Michel Carré hijo rodó una película de esta pantomima que se presentó en París el 20 de junio de 1907. Para promocionar este film, que representa un unicum importante en la historia del cine, siendo uno de los primeros largometrajes (90’), se organizó también una gran tournée europea de la pantomima original, con la exitosa participación de un joven y desconocido Manuel de Falla que, sin embargo, era presentado por la prensa francesa de la época como: «pianiste, compositeur, lauréat de l’Académie royale de Madrid».
La reposición de esta pantomima, acompañada por el mismo autor de la música, André Wormser, que tuvo ocasión de apreciar las cualidades pianísticas del joven Falla, estuvo protagonizada por una afamada bailarina de la Opéra de París, Emma Sandrini. No se sabe si en esta tournée del verano de 1907, entre Francia, Suiza, Bélgica y Alemania, se presentó solo la pantomima o también la versión cinematográfica de la misma o, como era habitual en estos primordios del cine, una forma de espectáculo mixto.
Sabemos, sin embargo, que Falla en una carta a sus padres del 16 de agosto de 1907 escribía: «mi trabajo se ha reducido a L’enfant prodigue, en lo que he tenido verdadero éxito, pero no me ha sido posible tocar obras de concierto porque los pianos eran malísimos y sobre esto, que ya es bastante, no tenía tiempo para estudiar, pues ha sido un viaje cinematográfico».
Este ciclo titulado «L’enfant prodigue, en los orígenes del séptimo arte» y que incluye proyecciones con música en vivo, concierto sinfónico y mesa redonda, recupera la música de André Wormser y dos películas de la original pantomima que se han conservado hoy -una de 1906 y otra de 1916, esta última rodada nuevamente por Michel Carré hijo- y propone un viaje por las diversas versiones que acompañarán el exitoso L’enfant prodigue. Las películas y la música de esta pantomima fueron uno de los grandes éxitos en la historia de la nueva forma de espectáculo que empezaba a dar sus primeros pasos, el cine. Primeros pasos que tuvieron su reflejo en un joven Manuel de Falla quien, a su regreso a Madrid, repensará en este género mixto de la pantomima, con la primera versión de El amor brujo (1915), con El corregidor y la molinera (1917) y quizás en una forma nueva de espectáculo audiovisual con la inacabada Atlántida.