CIUDAD DE VIDA Y MUERTE

Área de Cine y Audiovisual

   “La guerra es humana, se vive como un amor o un odio… es, antes que estrategia, una condición patológica, porque comporta accidentes que ni siquiera un médico experto podría haber confiado en evitar«.

Marcel Proust

   «Personajes históricos […] y personajes de ficción […] se mezclan en el film, construyendo un paisaje humano coral donde la más terrible abyección se codea con la nobleza más insólita, con el arrepentimiento, el miedo, la locura. Empero, el elemento más transgresor -y perturbador- del film es cómo elabora Lu Chuan su discurso político / moral presentando la guerra en un espectáculo plástico de primera categoría. Comprende que el mayor encanto estético de la guerra seguramente reside en ese sentimiento de lo sublime que nos sobrecoge y nos hechiza al mismo tiempo.«

Antonio José Navarro

Chinese women were raped by Japanese Soliders, Nanking, Capital of China 1937.jpg   CIUDAD DE VIDA Y MUERTE está realizada desde el odio, pues todavía hoy Japón es culpable de rechazar la realidad histórica, eludiendo indemnizar a sus antiguas víctimas de guerra. Lu Chuan, gracias a una majestuosa fotografía en B/N y scope, describe con amargura, con horror, con dolor, sin recrearse en los detalles más escabrosos, los sucesos de Nanking, articulando una extraordinaria cinta bélica -con una primera parte pródiga en escaramuzas y combates-, un escalofriante melodrama -toda la segunda mitad, donde se detallan los asesinatos y violaciones de la población civil-, para ir más allá de la Historia e ilustrar, desde la experiencia, la maldad innata, salvo excepciones, del ser humano. El hombre es un lobo para el hombre, asegura Lu Chuan, capaz de una crueldad sin límites, y más cuando el lobo detenta el poder, cuando su autoridad, su brutalidad, es ley.

   La llamada “Masacre de Nanking” -o “Violación de Nanking”- es, sin duda, el hecho histórico que ha marcado más profundamente a la sociedad china de los provocados por la invasión japonesa de finales de los años 30. Lo que resulta lógico, si se tiene en cuenta que, aunque no se conoce el número exacto de asesinatos que cometió el ejército nipón al invadir la citada ciudad, “el delegado chino declaró ante la Sociedad de las Naciones que hubo 20.000 víctimas civiles, un periódico comunista chino las cifraba en 42.000, y un testigo estadounidense, Miner Searle Bates, calculaba 12.000 civiles y 28.000 soldados, mientras que otro testigo las elevaba a 50.000 ó 60.000, si bien en la actualidad, la versión de China es que murieron más de 300.000 personas”; no sólo eso, sino que también se calcula que se violó a un número de mujeres que podría oscilar entre las 20.000 y las 80.000 -sin importar ni su edad ni si estaban embarazadas-. Resulta lógico, pues, que esta especie de cuento de miedo bélico haya estimulado a varias generaciones de cineastas chinos a llevarlo a la pantalla.

nanjing09   La visión que propone Lu Chuan en CIUDAD DE VIDA Y MUERTE no sólo reconstruye con una exquisita atención al detalle las atrocidades cometidas por los japoneses durante el sitio a la ciudad -sin llegar, eso sí, a ser demasiado explícito: siempre mantiene una prudente distancia que conserva el impacto emocional en el espectador, pero sin pretender asquearle-, sino que además lo envuelve todo con una estimulante puesta en escena, que imprime cierto aire documental a los acontecimientos mediante la fotografía en blanco y negro de Cao Yu, que en algunos momentos imita a las terribles imágenes reales que se conservan de la masacre. Por un lado, el director utiliza la invasión de Nanking para reflexionar sobre las reacciones y los comportamientos que presenta el ser humano sumergido en el caos y el extremismo que provoca un conflicto bélico -y, desde luego, las conclusiones a las que llega no son para nada halagueñas-, pero también quiere elaborar un espectáculo fíImico de primera categoría, así que le saca el máximo partido a todas las herramientas narrativas que le proporciona el género bélico, de ahí que no le haga ascos a mezclar al Spielberg rotundísimo y vibrante de Salvar al soldado Ryan (Saving Private Ryan, 1998), sobre todo durante la primera mitad de la película, con el pausado y poético de La lista de Schindler (Schindler’s List, 1993).

ciudad-de-vida-y-muerte-foto4   Quizá lo más terrible de CIUDAD DE VIDA Y MUERTE es que, a pesar de suponer la reconstrucción de un acontecimiento que ocurrió hace más de 70 años, no resulta difícil reconocer en algunas de sus imágenes, sobre todo en el vagabundeo de los refugiados y en las secuencias de destrucción, las similitudes con algunos conflictos bélicos recientes. La película está, en ese sentido, cargada de nihilismo, ya que evidencia la incapacidad del ser humano para aprender, y nuestra condena como especie a repetir eternamente los mismos errores. Esa desesperante sensación de purgatorio en vida, de callejón sin salida, que transmite el film, está cimentada en la progresiva transformación del escenario de Nanking en un paisaje cada vez más dantesco, en el que los personajes se mueven envueltos en humo, como si avanzaran a través de una pesadilla. Aun así, el director no renuncia a la plástica de algunos de sus encuadres más brutales y desesperanzados, reconociendo en ellos la belleza de lo terrible, como el Francisco de Goya de “Los desastres de la guerra”, y que por eso mismo resultan más estremecedores. Precisamente, gran parte de la eficacia del trabajo de Lu Chuan está en que sabe equilibrar a la perfección su sutilidad en el uso de la iluminación y la posición de la cámara con un formidable empleo del sonido y, lo que todavía es más importante, de los momentos de silencio. La imagen de los soldados japoneses, bailando una canción tradicional de la época de siembra a ritmo de taiko mientras pasan, casi literalmente, por encima de las tumbas de los civiles chinos asesinados, resume de una forma terrorífica el mensaje de la película: que los que cometieron todos aquellos crímenes eran, por más que queramos escondernos de ello tildándolos de monstruos, seres humanos.

Ciudad_de_vida_y_muerte-749297970-large   Ficha Técnica:

  • Año.- 2009.
  • Duración.- 130 minutos.
  • País.-  China.       
  • Género.- Bélico. Drama.
  • Título Original.- Nanjing! Nanjing!
  • Director y Guión.- Lu Chuan.  
  • Fotografía.- Cao Yu (2.35:1 – B/N).  
  • Montaje.- Teng Yun. 
  • Música.- Liu Tong. 
  • Productor.- Han Sanping.  
  • Producción.- Jiangsu BS – Media Asia Film.
  • Intérpretes.- Liu Ye (Lu Jianxiong), Hideo Nakaizumi (Kadokawa), Fan Wei (sr. Tang), John Paisley (John Rabe), Gao Yuanyuan (miss Jiang), Ryu Kohata (Ida), Jiang Yiyan (Xiao Jiang), Beverly Peckous (Minnie Vautrin), Qin Lan (sra. Tang).
  • Premios.- Concha de Oro a la mejor película y premio a la mejor fotografía en el festival de San Sebastián.

   Apuntes y Curiosidades:

  • No hay que olvidar, en todo caso, que el film está rodado desde el punto de vista de los vencidos, y en el seno de una cinematografía como la china, en la que no se permite la disensión -según un artículo publicado en “The New York Times”, la censura china tardó seis meses en aprobar el guión, y otros seis en darle el visto bueno al proyecto ya rodado y montado-. De ahí que, mientras los militares japoneses son los que aportan la visión más cruda y más despiadada del comportamiento humano en situaciones límite, en cambio son los chinos los que aportan una cierta esperanza, por su dignidad y su mayor humanidad: Quizás el personaje en el que pesan más las exigencias del régimen comunista es el combatiente más destacado de la resistencia de Nanking, Li Jianxiong (Liu Ye), retratado como todo un héroe de la causa nacionalista, bravo, fuerte y comprensivo -hay que tener en cuenta, no obstante, que los mejores soldados chinos de aquella época habían sido entrenados y equipados por los nazis, con los que el gobierno tenía un acuerdo que duró hasta 1941-.
  • En todo caso, y a pesar de que Lu Chuan no busca dar respuestas concretas al imperdonable comportamiento de los japoneses, sí que lo contrasta con dos personajes de esa misma nacionalidad: El único de los soldados que parece conservar su sentido de la moralidad a lo largo de todo el metraje, Kadokawa (Hideo Nakaizumi), y la prostituta de la que se enamora, al encontrar el uno en el otro un oasis de empatía, de consuelo humano, en un contexto marcado por la locura bélica.

Proyecciones mayo16   Fuente: Cuaderno del Cine Club Universitario.

   Si os ha gustado este post os animamos a compartirlo para que el mayor número de personas posible asistan y disfruten hoy de esta película, perteneciente el Ciclo Memento (I). Grandes Películas Olvidadas del Siglo XXI, organizado por el Área de Cine y Audiovisual (Cine Club Universitario) de La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada, en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias, a las 21:00 horas. Versión original en chino con subtítulos en español.

   Precio normal de la entrada: 2 €; Precio con carnet del Cineclub: 1,50 €.; Abono 10 sesiones: 9 €.

   ¡Muchas Gracias por leer!