CHARLY (1968)

Área de Cine y Audiovisual

Presentación

Hoy Martes, 19 de Septiembre de 2017, a las 21:00 horas, en Sala Máxima del Espacio V Centenario (Antigua Facultad de Medicina en Av. de Madrid), el Ciclo “Grandes películas olvidadas de la Historia del Cine: Recuerda (II)” nos ofrece, en versión original en inglés con subtítulos en español, la películaCharly (1968)“. La entrada es libre hasta completar aforo.

Dicho ciclo está organizado por el Área de Cine y Audiovisual (Cineclub Universitario / Aula de Cine) de La Madraza.Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada.

Comienzos de Ralph Nelson en el cine

En función de su tardío ingreso en la nómina de directores, a los los cuarenta y cinco años, Ralph Nelson abordó la práctica cinematográfica sin la determinación y la inquietud propia de los jóvenes que habían sido sus compañeros en los dramáticos televisivos. No obstante, contribuyó a diseñar un nuevo escenario para la industria cinematográfica. Nelson ayudaría a potenciar la presencia de actores de raza negra -hasta entonces relegados mayoritariamente a papeles secundarios-, como Sidney Poitier, con quien trabajará en Los lirios del valle (Lilies of the field, 1963). Pero al margen de este talante liberal inherente a su generación, Ralph Nelson se vio en exceso condicionado a un material que ya había sido consensuado por los productores, guionistas y/o los actores principales: Una dinámica habitual que Nelson parecía aceptar con cierta resignación.

Los orígenes de Charly (1968)

Durante sus primeros años de asentamiento en el mundo del celuloide, el cineasta alimentaba la posibilidad de llevar a cabo la adaptación a la gran pantalla del relato corto de Daniel KeyesFlores para Algernon’. Cliff Robertson fue su principal benefactor, ya que había adquirido los derechos de la obra en 1963, dos años después de que hubiera interpretado una versión televisiva bautizada como ‘The Two Worlds of Charly Gordon’ (1961) dentro del programa ‘U.S. Steel Hour’. El título de este dramático exhibido en la pequeña pantalla, hacía referencia al personaje central de la historia, un retrasado mental que desarrolla un coeficiente de inteligencia propio de un genio tras someterse a una operación por la que ya había pasado satisfactoriamente el ratón Algernon. A petición de Robertson, William Goldman escribió un primer tratamiento del guión que quedaría invalidado al entrar en juego Stirling Silliphant, un escritor con mayor experiencia dentro del medio. Una vez concluido el borrador del guión de Silliphant, Nelson entraría en el proyecto que se convertiría en Charly, uno de sus trabajos mejor resueltos –la sincera emoción que destila este film lo emparenta con obras de Delmer Daves o el mismísimo King Vidor– y que brindaría un Oscar a Robertson como mejor intérprete, al igual que había acontecido con Sidney Poitier en Los lirios del valle.

Algunas de las aportaciones de Nelson en Charly (1968)

En Charly no falta la capacidad de Nelson para la experimentación que ya había apuntado en Los pasos del destino (Fate is the hunter, 1964) y El último homicidio (Once a thief, 1965), desde el empleo de la ‘split screen’ o pantalla dividida, hasta la búsqueda de una original partitura musical cortesía del hindú Ravi Shankar o la concreción de un diseño artístico que remite a un espacio aséptico, con el predominio de tonalidades neutras. A partir de Charly, Ralph Nelson se situaría en una nueva dimensión como cineasta que no tardaría en dinamitar al inscribirse en un modelo de producción en el que primara la denuncia social pero con un tratamiento de la violencia que seguía la estela de la estética impuesta a finales de los años sesenta y principio de los setenta por cineastas como John Boorman, Sam Peckinpah, Robert Aldrich o Don Siegel, entre otros.

   Fuente: Cuaderno del Cineclub Universitario / Aula de Cine de La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea. Universidad de Granada.