El Espárrago Rock representa un fenómeno cultural de singular relevancia en la historia de los festivales musicales en España. Surgió en 1989 en Huétor Tájar, un municipio granadino reconocido por su producción de espárrago verde, pero pronto trascendió su origen local para convertirse en un referente nacional e internacional, tanto por su innovadora propuesta musical como por su impacto social y económico. Esta exposición ofrece un recorrido por las primeras diez ediciones del festival (1989-1998), explicitando el contexto en el que surge y su consolidación como referente fundamental en la cultura española. De hecho, el Espárrago Rock inspiró la creación de otros festivales icónicos en España, como el FIB, el Festimad o el Doctor Music Festival.
El Espárrago Rock se concibió inicialmente como un programa cultural vinculado a la recién creada Feria del Espárrago. En sus primeras ediciones, el festival destacó por su programación ecléctica y combativa, que incluía tanto a bandas consagradas del rock español, como Los Ilegales o Barricada, como propuestas emergentes impulsadas gracias a los concursos maqueteros.
El traslado del festival a Granada en 1993 marcó un punto de inflexión en su trayectoria. En el recinto de la Feria de Muestras de Armilla, el Espárrago Rock amplió su alcance y diversificó su programación, en la que el rock convivió con propuestas de otros estilos musicales. La presencia de figuras internacionales como Sonic Youth, Iggy Pop o Bad Religion contribuyó a situar al Espárrago Rock en el mapa de los grandes eventos musicales europeos. Por otra parte, la introducción en 1996 de una carpa de música electrónica y chill out –que combinaba DJs con arte visual y escenografía–, el escenario flamenco o la incorporación de propuestas de música popular, consiguió conectar con las tendencias más vanguardistas del momento a la vez que establecer puentes entre identidades culturales diversas.
La música se entendía, en el Espárrago Rock, como herramienta política, pues era explícito el compromiso con colectivos y movimientos críticos. Desde sus primeras ediciones, el festival incorporó lemas en su cartelería en favor del antirracismo, la ecología y la solidaridad, colaborando con redes y asociaciones para potenciar la difusión e impacto de su labor social.
Esta exposición presenta, por primera vez, un extenso trabajo de recuperación de memoria y archivo sobre el Espárrago Rock. Conviven materiales documentales y gráficos, una selección de los ecos en prensa y objetos que atesoran la memoria viva de quienes hicieron posible y vivieron el festival. Lejos de ser una invitación a la nostalgia, se busca que sea el archivo el que tome la palabra para mostrar las dificultades, logros, esfuerzos, anhelos y contradicciones que implica todo proyecto cultural. Los restos del Espárrago se presentan como huellas, guías en un camino que sigue tan abierto como entonces: el que lleva, una y otra vez, a la pregunta sobre
el rol social y político de la cultura y su potencial crítico. Ésta, al igual que la propia historia del Espárrago Rock, parece que solo puede pensarse, con todas sus complejidades, a contrapelo.