“Diapausa”, del egresado José Manuel Ruiz Bermúdez abre la temporada expositiva en el Palacio del Almirante. La exposición ha sido realizada gracias al programa de ayudas a la producción artística del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Patrimonio de la Universidad de Granada.
La investigación artística desarrollada por el artista toma el cuerpo como principio de experimentación, comenzando por el desplazamiento en mi entorno más cercano. Esta deriva urbana constituye la práctica necesaria para el hallazgo de materiales de desecho, surgiendo, azarosamente, el proceso de creación. El assamblage, la acción o la intervención son algunas de las estrategias que se emplean para establecer conexiones entre el cuerpo y el objeto encontrado. Hablando así de los principios de la ergonomía, lo procústeo o la forma con la que nos relacionamos con el espacio.
Los objetos encontrados poseen en común que su funcionalidad esta ligada de alguna manera al agua. Son sistemas de desagüe o canalización, objetos que tienen que ver con la protección de las precipitaciones u objetos que la almacenan. Por lo que plantea la imposición del ser humano sobre el control de este elemento. Como se puede ver a lo largo de la historia con los acueductos, las albercas, los pilones, los pozos, las acequias y las fuentes. Siendo el agua un bien preciado visto a veces fruto de la acción divina y por lo tanto venerado. Convirtiéndose en un monumento, un lugar de culto, de reunión o una representación del paraíso como ocurre en los jardines de la arquitectura islámica. «Self-Portrait as a Fountain» en el año 1966 por Bruce Nauman, pone en cuestión precisamente esta idea tan rígida de la fuente al representarla con su propio cuerpo de una manera irónica. En la obra de Eulalia Valldosera «Loop» de 1997, encontramos una interpretación más relacionada con la antropología; el artista como el canal de las aguas primordiales del inconsciente humano.
El cuerpo representa los tres estados de la materia, es estable y sólido pero al mismo tiempo se encuentra en continua transformación debido al trascurso del tiempo. La masa corpórea aparece en nuestro imaginario como soporte rígido, sin reparar a veces en lo más vital; su parte líquida. Para Bauman “a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente su forma. Los fluidos, por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo” (Bauman, 2000, p.8).
Jose M. Ruiz (Priego de Córdoba, 1996)
Graduado en Bellas Artes y Mención en Diseño Gráfico por la Universidad de Granada (2018), realiza el Máster en Producción Artística Interdisciplinar de la Universidad de Málaga (2019). En su obra toma el cuerpo como principio de experimentación, comenzando por el desplazamiento hacia su entorno más cercano, donde la deriva urbana se convierte en la práctica fundamental y necesaria para el hallazgo de materiales de desecho, del que surge azarosamente su proceso de creación. El assemblage, la acción o la intervención son algunas de las estrategias que emplea para establecer conexiones entre el cuerpo y el objeto encontrado. Hablando así de los principios de la ergonomía, lo procústeo y la forma en que nos relacionamos con el espacio.
Ha participado en muestras colectivas como XXV Certamen Europeo de Artes Plásticas en el CICUS de Sevilla (2020); INT19 en el MVA de Málaga (2020); Creación y compromiso en Espacio Lavadero, Granada (2018); Exforma en el Espacio Laraña de Sevilla (2018); Ni la mano de la ardilla ni el diente del castor, ETS de Arquitectura, Granada (2018); El Murmullo de la Multitud en el Palacio de los Condes de Gabia (2018). Destacando su exposición de carácter individual, Drenar en la Sala de Exposiciones de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada (2019). También ha sido seleccionado en becas y convocatorias como XV Encuentros de Arte Genalguacil (en colectivo con Eduardo R.) (2020); A secas. Artistas Andaluces de Ahora en el CAAC de Sevilla (2019); las Ayudas UGR (2019): Residencia Artística José Guerrero (en colectivo con Eduardo R.) (2019); y AlRaso’18: Supervivere (2018).