(…) Vida provinciana, chismes, malicia y celos: no hay duda, estamos en el mundo de Georges Simenon (…). El reencuentro entre Marcel Carné y Jean Gabin dio como resultado LA MARÍA DEL PUERTO que consagró al actor en un nuevo papel y marcó su renacimiento en el cine francés. La asociación de Carné con Prévert había terminado, aunque el poeta, sin aparecer en los créditos, todavía firma algunos rotundos diálogos. Carné adapta una bella “dura novela” de Simenon, filmada en exteriores, entre Port-en-Bessin y Cherburgo. En aquella época, varios críticos recriminaron al cineasta por querer hacer un remake disfrazado de El muelle de las brumas a través de “esta película un poco anticuada que se parece demasiado al cine de 1939 y no lo suficiente al de 1950”. Pero si lo es, es un remake amargo ya que los personajes, prisioneros de las convenciones sociales, son condenados aquí, a pesar de sus aspiraciones, a vidas limitadas. El dúo formado por Gabin, que ha envejecido prematuramente, y la jovencísima Nicole Courcel funciona de maravilla. (…) Una de las cosas que más llama la atención de la película es la presentación de una vida sexual libre, libre de culpa, pragmática y relajada para casi todos sus personajes (…) con escenas inimaginables, por ejemplo, en el cine estadounidense de la época. (…) En la película no sucede prácticamente nada, salvo inmensos dramas internos. Un drama sobre un hombre que se niega a rendirse, un drama sobre una amante despreocupada y abandonada, un drama sobre una adolescente ambiciosa que a veces duda de su poder de seducción, un drama sobre un amante joven y abandonado, sobre la codicia campesina, sobre la mediocridad provinciana. ¿No hay suficiente? (…). Carné es claramente un apasionado del cine y el entorno cinematográfico en que se desarrolla la película (Gabin es dueño de un cine) le permite expresarlo. Es filmado frente a los botes de pintura en su oficina; vemos el sistema de proyección, los carteles, el propio cine y fragmentos de varias películas. El cine también ofrece un agradable contraste con la vida y el mundo del que proviene Marie. (…) LA MARÍA DEL PUERTO es una gran película que aún no ha recibido el reconocimiento que se merece, posiblemente porque Carné y Gabin, tanto por separado como juntos, tienen muchas otras obras maestras más famosas en su filmografía (…).
Texto (extractos):
Philippe Morrison, www.marcel-carne.com