INDISCRETA (EE.UU., 1958) v.o.s.e.  100’

Indiscreet

3 junio 2025 | 21:00 h
  • Sala Máxima | Espacio V Centenario

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3 junio 2025 | 21:00 h
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(…) INDISCRETA es una de esas películas que únicamente podría justificarse como lo que se suele llamar un “ejercicio de estilo” si no fuera porque se trata de otra cosa muy distinta: la descripción paso a paso de cómo se forma una pareja a pesar de las dificultades que entraña cualquier tipo de relación sentimental. (…) Es, de hecho, un drama romántico, o comedia dramática, muy minimalista. Apenas pasan cosas que no atañan a la relación de la pareja (…). Es una comedia inquietante, impertinente, que por debajo de las plácidas imágenes que le dan forma se pregunta no solo por la fluctuante identidad de un género entonces ya en decadencia, sino también por la naturaleza del amor y sus más complejos entresijos. (…) Una de las comedias más delicadas y sensibles ya no solo de Stanley Donen, sino de todo el cine americano de los cincuenta. (…) Podría presentarse como la primera reflexión a fondo de Donen sobre la pareja que funciona bien en tanto se mantenga la ilusión…o la mentira (…).

Texto (extractos):

Carlos Losilla, “Indiscreta”, en dossier “La comedia americana”, 2ª parte, rev. Dirigido, mayo 2003.

Quim Casas, “Indiscreta: las infidelidades según Grant y Donen”, rev. Dirigido, enero 2007.

(…) Los títulos de crédito de INDISCRETA, obra de Maurice Binder, tan sofisticados como casi siempre lo fueron en Donen, y a la vez tan útiles para lo que vendría a continuación en cuanto a tratamiento dramático y empleo del color, muestran unas rosas rojas y amarillas, tonalidades tan opuestas como lo serán las relaciones de los protagonistas una vez pasado el ecuador del relato, sobre un fondo azul intenso. Ya sea de forma más dominante (un vestido azul que impregna la totalidad del encuadre en formato cuadrado) o como elementos que “colorean” el plano, estos tres colores aparecen en todas las escenas dirigiendo, a veces, la mirada del espectador hacia ellos. (…) INDISCRETA es una película que oscila entre la pausa sofisticada y una cierta idea de la carnalidad, entre el rechazo (o el miedo a enamorarse de verdad) y la atracción desmedida que puede romper cualquier prejuicio o idea preconcebida sobre lo que se desea y lo que no se quiere; entre el amarillo y el rojo. (…) Es una de esas películas que únicamente podría justificarse como lo que se suele llamar un “ejercicio de estilo” si no fuera porque se trata de otra cosa muy distinta: la descripción paso a paso de cómo se forma una pareja a pesar de las dificultades que entraña cualquier tipo de relación sentimental. (…)Es, de hecho, un drama romántico, o comedia dramática, muy minimalista. Apenas pasan cosas que no atañan a la relación de la pareja (…). Grant y Bergman ya no son precisamente jóvenes y quizá saben que ésta será su última oportunidad. Pero el miedo de él al compromiso y la natural tendencia de ella a la sobreactuación, así como el extremo respeto de ambos por las convenciones sociales propias de su clase, convierten sus vidas en un baile de encuentros y desencuentros que les impiden establecer una relación estable y fluida. (…) En su primera parte, es una comedia bastante triste y melancólica. Al contrario que en las mejores muestras del género de los años treinta, los personajes no luchan por nada, más bien se dejan llevar por la corriente, apoltronados en la nueva sociedad del bienestar surgida de la posguerra. (…) Desde el momento en que Bergman se entera de toda la verdad respecto a Grant, se suceden los equívocos cómicos -hay una escena desternillante en un salón de baile donde Grant, ajeno a lo que se cuece a su alrededor, danza alegremente al son de una melodía escocesa-, que culminan en una secuencia de inspiración vodevilesca y final emocionante. (…) Ese cambio de tono se produce justamente allá donde la mayor parte de las comedias dramáticas empiezan a funcionar al contrario que ésta, es decir, adquiriendo un registro más grave (…). Bergman no acude a la desesperación como refugio sino a la puesta en práctica de sus más refinadas dotes de actriz, al redescubrimiento de su pasión por el teatro y por la vida. La caída de las máscaras deja paso a la alegría del juego por el juego, al derroche de desbordante espontaneidad propio de quien ya no tiene nada que perder.  (…) INDISCRETA es una comedia inquietante, impertinente, que por debajo de las plácidas imágenes que le dan forma se pregunta no solo por la fluctuante identidad de un género entonces ya en decadencia, sino también por la naturaleza del amor y sus más complejos entresijos. (…) Una de las comedias más delicadas y sensibles ya no solo de Stanley Donen, sino de todo el cine americano de los cincuenta, INDISCRETA, en tono de alta comedia, podría presentarse como la primera reflexión a fondo de Donen sobre la pareja que funciona bien en tanto se mantenga la ilusión…o la mentira. Y establecerá en el cine de Donen otra pauta que luego utilizará brillantemente en Charada y Arabesco: las diversas personalidades, las mentiras por la cuales se pasa antes de llegar al amor. En este sentido, Charada será un film ejemplar (…).

Texto (extractos):

Juan Carlos Frugone, Stanley Donen…Y no fueron tan felices

Semana Internacional de Cine de Valladolid, 1989.

Carlos Losilla, “Indiscreta”, en dossier “La comedia americana”, 2ª parte, rev. Dirigido, mayo 2003.

Quim Casas, “Indiscreta: las infidelidades según Grant y Donen”, rev. Dirigido, enero 2007.

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