(…) El joven médico Anton Drager acaba siendo un hombre distinto después de trabajar durante un largo período de tiempo en las colonias holandesas de Indonesia (estamos en el año 1936) al lado de un viejo médico, el doctor Brits Jansen (Burl Ives) que lleva treinta años viviendo allí practicando un curioso panteísmo. La transformación que experimenta el personaje es el objetivo principal de esta adaptación de una novela del holandés Jan de Hartog, cuya obra está marcada por un humanismo y un misticismo de honda raíz católica (…). Drager justifica su ateísmo por su padre, pastor holandés, que le sometía a un trato vejatorio mientras apelaba a la fe de Dios. (…) En CAMINO DE LA JUNGLA, los diálogos adquieren el carácter de refuerzo ideológico de la imagen (incluso surge entre líneas el tema de la eutanasia), las imágenes completan el sentido de las palabras y la interpretación del conjunto de actores tiene como objetivo llamar la atención sobre el alcance moral de esos hechos y sobre el sentido de los diálogos (…).
Texto (extractos):
Christian Aguilera,
La generación de la televisión. La conciencia liberal del cine americano,
editorial 2001, 2000
José Mª Latorre, “Camino de la jungla”, Dirigido por, septiembre 1996
