BÉSALAS POR MÍ (EE.UU., 1957) v.o.s.e.  98’

Kiss them for me

30 mayo 2025 | 21:00 h
  • Sala Máxima | Espacio V Centenario

Comparte

30 mayo 2025 | 21:00 h
  • Sala Máxima | Espacio V Centenario

(…)“Es una película interesante gracias a su tema. Transcurre durante el permiso que tienen unos marinos en San Francisco y, cuando se encuentran lejos de la guerra, se sienten ultrajados por lo que ven en el mundo civil: gente codiciosa que se beneficia de ella y a la que no le importan nada los sacrificios de los soldados ni sus sentimientos y uno puede llegar a ver la guerra a través de sus ojos mientras ellos tienen este permiso. Así que fue una película que le molestó a todo el mundo porque les decía a los civiles que ellos no entendían nada de nada. Desde ese punto de vista es una película interesante, porque es muy dura (…).” BÉSALAS POR MÍ nuevamente dista de la visión eufórica de Un día en Nueva York para acercarse al pesimismo de Siempre hace buen tiempo. (…) BÉSALAS POR MÍ constituye el reverso amargo de Un día en Nueva York (…).

Texto (extractos):

Juan Carlos Frugone, Stanley Donen…Y no fueron tan felices,

Semana Internacional de Cine de Valladolid, 1989.

“Es una película interesante gracias a su tema. Transcurre durante el permiso que tienen unos marinos en San Francisco y, cuando se encuentran lejos de la guerra, se sienten ultrajados por lo que ven en el mundo civil: gente codiciosa que se beneficia de ella y a la que no le importan nada los sacrificios de los soldados ni sus sentimientos y uno puede llegar a ver la guerra a través de sus ojos mientras ellos tienen este permiso. Así que fue una película que le molestó a todo el mundo porque les decía a los civiles que ellos no entendían nada de nada. Desde ese punto de vista es una película interesante, porque es muy dura (…).Cary Grant y yo éramos realmente íntimos amigos. (…). Era un actor con un talento extraordinario… la mayoría de la gente no se da cuenta de lo buen actor que era. Quería que todo saliera a la perfección y era un autodidacta, que generalmente, es la gente mejor educada del mundo, porque son los que realmente han querido saber y la cultura no les ha sido impuesta, sino que la devoran. (…) Todo parecía tan fácil, tan elegante. En ese sentido era igual que Fred Astaire. Trabajaba muy duro para conseguir que nada pareciera trabajado (…)”. 

(…) Grant pidió a Donen como director de BÉSALAS POR MÍ sin que, al parecer, Donen, sepa por qué. Lo cierto es que el film tiene, entre otros, el mérito de haber generado una colaboración y una amistad personal que logran conjugar algunos de los mejores momentos del cine de Donen. (…) El tema de los tres camaradas de guerra vuelve a aparecer en BÉSALAS POR MÍ y nuevamente dista de la visión eufórica de Un día en Nueva York para acercarse al pesimismo de Siempre hace buen tiempo. (…) BÉSALAS POR MÍ constituye el reverso amargo de Un día en Nueva York y una concepción pesimista de la existencia que no tiene nada que ver con algunos de los más conocidos clichés (alegría-del-amor, alegría-de-vivir) difundidos en los años sesenta por los exégetas de este realizador, confirmando así tanto su condición de autor como su complejidad.  (…) Por ejemplo: cuando Crewson (Cary Grant) y Gwenneth (Suzy Parker) van al  bar-sala de fiestas, el primer encuadre de la secuencia está hecho inicialmente desde dentro de la barra donde está el camarero, con lo cual el tono del film sigue siendo el de la secuencia anterior (incluso el diálogo es distendido); sin embargo, no tarda en aparecer un artillero amigo de Crewson que va empujando una silla de ruedas ocupada por otro soldado amigo; tras la aparición de ambos, el encuadre se hace desde fuera de la barra, mostrando directamente al inválido, que ostenta una medalla del Congreso, pero tiene destrozadas todas las vísceras de su cuerpo: ese cambio de plano supone una actitud moral, una toma de partido, y rompe (con buen criterio) la tonalidad del film. Otro ejemplo de diferente sentido: en la primera secuencia desarrollada dentro de la suite del hotel, los movimientos de los personajes, sobre todo los de Crewson (entra corriendo con aire de danza, salta por encima de la cama), mostrados en plano fijo, dan al film un calculado aire de cine musical; y calculado no porque Donen pretendía ser fiel a sus, digamos, constantes como director, sino porque sin duda creía que era la mejor forma de relacionar BÉSALAS POR MÍ con Siempre hace buen tiempo y Un día en Nueva York: para prolongar su discurso, hacerlo reconocible y ofrecer su reverso ácido. (…) El tratamiento escénico de BÉSALAS POR MÍ se apoya sobre el plano largo, que aquí tiene la doble finalidad de dar cabida a algunas secuencias “confesionales” que anticipan futuros modos de Blake Edwards (la conversación de Crewson y Gwenneth sentados bajo la máquina de discos) y de mostrar los cambios de estado de ánimo que padecen los personajes, capaces de pasar en un solo plano, sin transición (la mencionada escena en el bar-club nocturno sería la excepción que pone a prueba la regla), de una alegría provocada artificialmente a un agudo sentimiento de tristeza o de cólera (…).

Texto (extractos):

Juan Carlos Frugone, Stanley Donen…Y no fueron tan felices

Semana Internacional de Cine de Valladolid, 1989.

José Mª Latorre, “Bésalas por mí: cuatro días de permiso”, en sección “Films en TV”, 

rev. Dirigido, septiembre 1994.

Quim Casas, Entrevista con Stanley Donen, rev. Dirigido, noviembre 1989.

Actividades relacionadas

Scroll al inicio

Menú