En su acepción urbanística, la periferia es un terreno para la acción y la imaginación. Donde terminan las casas y el asfalto termina también la vigilancia y el control. Se produce un misterioso encuentro con la naturaleza; principalmente, la humana. Si bien la pandilla pudiera considerarse un ensayo de sociedad, las afueras posibilitan, en cierto modo, un estado libre o salvaje del individuo. ¿Dónde se encuentra realmente el peligro? La idea del límite puede encontrarse también en la sustancial transición de la infancia a la adolescencia.