“Las cortezas de los árboles se resquebrajan: descarnados; rígidos, sólidos, suaves e inertes“.
“[…] la fotografía, la buena fotografía, la traen los libros, las películas, las experiencias vitales”.
“[…] El viaje nos enriquece, nos abre la mente, nos inunda de nuevos retos y experiencias, nos nutre la cultura visual. Aprendemos a ver y a mirar de otra manera y en otra dirección y cuando volvemos a casa, descubrimos […] eso que antes no pudimos ver“.
“[…] La imagen es uno de los lenguajes más potentes del mundo contemporáneo […] La imagen es capaz de adaptarse a los emisores de manera que cada uno pueda expresarse de una manera única. Si ves lo que yo; si te emocionas con lo que yo me emociono; si comprendes mi mirada, solo entonces sabremos que estamos hablando en el mismo idioma. […] la búsqueda que planteo es la búsqueda del receptor; casi único, en tanto que infrecuente. Una búsqueda fría, porque es solitaria y no puede ser de otra manera”.
Pilar J. Baena
“[…] no hallará el espectador una sola imagen sin varios fondos, como lienzos que aprehenden el alma y el verso que toda la humanidad esconde […] Hallaremos […] una desgarradora indagación interior –¿quién podrá abstraerse de las soledades hirientes de los pescadores, tres, absortos cada cual en su propio interior, o de los viajeros en el tren, o del árbol vencido entre los suyos?–; encontraremos el mar ausente en una foto inefable de los pulpos cuasi ornamentales, acaso aún húmedos; habrá un reflejo protector entre velas apenas insinuadas; la parábola de un guante –el contrapicado nos inquietará–; un hola y un adiós, un discurso vacío; una escalera a Busan –en la Corea más íntima e interior..; y habrá un pez enigmático y flotante. La luz de los claroscuros en plenitud.“
Juan Vellido
Hay una constante indagadora, un afan de experimentación estética en LA BÚSQUEDA ES FRÍA, exposición de Pilar J.Baena. Juan Vellido caracteriza este poemario visual por la cualidad armónica de la luz en los claroscuros de estas imágenes en blanco y negro que la autora ha tomado como origen de su trabajo en una curiosa parábola del tiempo y del espacio. Entiende que, en estos encuadres de claroscuros profundos, la fotografía se muestra como una metáfora del origen, el comienzo de una fotografía que quiere ver la luz en blanco y negro, como corresponde a los principios etimológicos del arte de captar imágenes en un soporte sensible a la luz: los phos y grafe griegos que definen la escritura de la luz en sus primeros pasos.
Sería un error entender el discurso estético de Pilar J. Baena sólo desde el pragmatismo propio de la técnica o desde los cánones de la imagen latente que el fotógrafo imagina mentalmente, antes de que esta sea visualizada, enfocada y delimitada técnicamente en el dispositivo electrónico. Sin olvidarnos de, lo que el director de fotografía ruso Vadim Yusov califica como, la intuición de cuadro, a saber, la “capacidad intuitiva que el fotógrafo tiene para vislumbrar al cuadro antes de ponerse ante la cámara, antes incluso de determinar la angulación de la cámara“. Esa intuición de cuadro constituye a veces un instrumento espontáneo, un don natural de que algunos artistas disponen, incluso sin conciencia de la aptitud que esta cualidad comporta. Y la delimitación del espacio que capta en cada toma el objetivo de una cámara es tan decisiva en el discurso estético de la fotografía como lo es la dosificación de la luz, con el ajuste de los elementos técnicos con que cuenta una cámara fotográfica.
Pero la emoción es otra cosa y es carga emotiva lo que alberga el discurso estético de Pilar J. Baena. Es en la emotio donde, en opinión de Juan Vellido, radica la última parte del discurso: pulso estético, trama, historia, el relato que nos trae cada imagen, los conceptos, las metáforas, lo más sonoro de la luz. Y los silencios. “Sin emoción no hay discurso, ni fotografía“, dijo el fotógrafo y escritor húngaro Brassai.
Puede que sea esa la razón por la que Pilar J. Baena concede, intencionalmente, una mayor importancia a sus impulsos emocionales y estéticos que a la convención técnica, al canon fotográfico, a la norma. Sobrepone el llanto, la soledad y la voz callada, la pura estética, a la regla cuya ruptura posibilita dar vida a los objetos muertos. En concreto, las imágenes en blanco y negro de esta breve exposición nos trasladan a ese lugar de la memoria en que la vida se recorría como si se tratara de una pura nostalgia del tiempo y del espacio, a ese lugar de silencios en que uno se pregunta insistentemente y duda y no obtiene respuesta. LA BÚSQUEDA ES FRÍA es un recuento de conceptos y emociones con el que Pilar J. Baena nos sobrecoge, nos llama la atención, nos habla, nos grita a voces. Detrás de su cámara hay una lente subjetiva que, como en lo más emotivo de la función del lenguaje, nos traslada un discurso del yo interior.
Fuentes:
- Dossier Área de Exposiciones. Centro de Cultura Contemporánea. Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Deporte. Universidad de Granada.
- LA LUZ DE LOS CLAROSCUROS (Nota de Facebook).
- MI PEQUEÑA MEMORIA (Nota de Facebook).
- Pinterest del Centro de Cultura Contemporánea.
- ¿POR QUÉ EXPONER? (Nota de Facebook).
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Muchas Gracias.
Adrián De La Fuente Lucena