Fecha y Hora: Martes 23. 21’30 h. Lugar: Aula Magna de la Facultad de Ciencias.
Ciclo “YO ESTUVE EN EL ESTRENO” (CLÁSICOS FUTUROS IV). Centro de Cultura Contemporánea – Cine Club. Universidad de Granada.
Año de estreno:1996. País: EE.UU.
Duración: 116 min. Género: Drama.
Cartel de la película. |
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” […] En épocas en las que se pensaba ingenuamente que el cine revolucionario era aquél que decía lo que no podía ser dicho, Rivette, y Noel Burch (en su influyente texto “Praxis del cine”, tan inspirado por teorías musicales, aunque no precisamente del jazz), mantuvieron que lo importante era que las películas dijeran algo que no pudiera ser traducido, es decir, que encontraran una forma diferencial y propia de expresión. En esta época en la que esas batallas suenan a perdidas, KANSAS CITY viene a ser una (tardía) demostración de tan bella idea. En efecto, podría pensarse en traducir el “contenido” del último film de Altman y quedaría un convencional ejemplo de thriller retro, en la línea, digamos de La brigada del sombrero (Mulholland Falls). De hecho, su esquema argumental puede recordar el de “El secuestro de Miss Blandish”, con cuya adaptación (La banda de los Grissom) había querido Robert Aldrich en 1971 reactivar el “ciclo nostálgico” iniciado años antes por Bonnie y Clyde (Aldrich no logró su objetivo pero lo hicieron por él El padrino y Chinatown; y el mismo Altman aportó su contribución al género retro con Thieves Like Us en 1974). Existe también en KANSAS CITY una mujer rica -y adicta al láudano- secuestrada por otra de una clase ostensiblemente inferior… y el retrato de la relación finalmente ambigua que se establece entre ambas.
Pero la intención de Altman no ha sido la de hacer un mero ejercicio de género (nunca lo ha hecho, aunque quizá sí del “género” coral que él mismo ha desarrollado). Cuando sugirió al guionista Barhydt ambientar la acción en 1934, pretendía introducir el tema político: las elecciones de ese año, que sirven de telón de fondo al secuestro, fueron particularmente violentas en la capital de Missouri. Altman quería también introducir el entorno del jazz, en esa época floreciente en una ciudad como Kansas City, que al parecer no había conocido demasiado los efectos de la Depresión ni los de la Prohibición, lo que permitió prosperar a clubs de jazz como ése que ocupa un lugar central en el film, merced a la manga ancha de personajes como “Boss” Pendergast, que también aparece en la película. Y eso, finalmente, le permitió utilizar el jazz, como música ambiental pero sobre todo en el sentido que he tratado de sugerir más arriba. Como dijo el propio Altman en Cannes: “Aquí estaba menos interesado en el argumento y la narración. I was making music… Así que cogimos una canción, el pequeño melodrama de estas dos mujeres sería la letra de la canción, y la rodeamos de música de jazz como si quisiéramos recordarle al público que no debía ver la película literalmente, como es habitual en el cine, sino que debía adoptar la misma actitud que cuando escucha música de jazz”“.
Fuente: Dossier de Cine Club Universitario/Aula de Cine. Centro de Cultura Contemporánea – Universidad de Granada.