“(…) mi vida está plena de lo que he querido ser y no soy y quiero que, al menos quede rastro de mis sueños, que es como un vano intento de prolongar mi memoria y la memoria de ellos. Leedlos, hojeadlos, y encontraréis en ellos, (…), los sentimientos y pensamientos de un ser herido que se queja por última vez”.
Eduardo Rincón, Poemas de prisión, 1963/64.
Presentación
A ochenta años del final de la Guerra Civil, el programa de esta noche, a las 20:00 horas, en la Sala Máxima del Espacio V Centenario, está compuesto por las voces de los otros, los callados, esos de los que nunca se habla y a los que poco hemos oído hablar. No solo escucharemos su voz, también sus sueños, deseos, incertidumbres, temores y anhelos.
Este concierto, Granada, ciudad de destierro, está organizado por el Área de Música (Cátedra Manuel de Falla) de La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada y forma parte del Ciclo “La Guerra Civil y el exilio de 1939, 80 años después”, en el que colaboran las Áreas de Humanidades (Cátedras Emilio García Gómez, Antonio Domínguez Ortiz y el Seminario de Estudios Latinoamericanos), junto con la de Patrimonio y Ciudad (Cátedra de Patrimonio) y la de Cine y Audiovisual (el Cine Club Universitario). La entrada al mismo es libre hasta completar aforo.
Sobre las piezas de este programa
La guerra terminó el 1 de abril de 1939. Para los autores de las obras que van a escuchar, su vida, tal como la habían conocido hasta entonces, también. Destierro. Prisión. Muerte. Las piezas que componen este programa fueron escritas en las prisiones españolas entre 1939 y 1975; o bien en una mirada de sus autores a su experiencia carcelaria años después. Porque cuando parecía que no había nada, donde no había nada, solos, en la ausencia de la música esta noche dan respuesta a nuestras preguntas.
El programa de esta noche lo abre la obra del maestro Rafael Rodríguez Albert (1902-1979), Estampa andaluza: homenaje a Falla (1944), escrita durante el destierro del compositor en nuestra ciudad. Porque Granada también fue un escenario protagonista. Símbolo de la reconquista. Signo musical. Ciudad de destierro. Recién terminada la guerra, Rodríguez Albert fue encarcelado en el Reformatorio de Adultos de Alicante, donde pasó una breve temporada antes de ser castigado a permanecer en Granada. Aquí escribió gran parte de su obra pianística. Granada, ese punto donde empieza y acaba todo. Un adiós a Falla. Un saludo a todos esos músicos que aún nos quedan por descubrir. A través de un desarrollo pianístico inspirado en los temas principales de la obra del gaditano, Rodríguez Albert trató de ofrecer su personal homenaje a la esencia nacionalista del Falla de Noche en los jardines de España (1916) a la par que redescubría el impresionismo del Concierto para clave y cinco instrumentos (1914).
A continuación, se podrá escuchar Evocación (ca. 1942), un poema de José Hierro (1922-2002). Para Pepe Hierro, como le conocían sus amigos, la cárcel, lejos de ser las cadenas que a los diecisiete años le desposeían de la libertad adolescente, fue el lugar donde desarrollarse como poeta. Allí no solo encontró su voz sino que la compartió con aquellos que no podían hablar. En la prisión y sobre la prisión, el joven Hierro vio cómo su también compañero de presidio Eduardo Rincón (1924) se hacía compositor en la cárcel, sin más instrucción que la de unos libros clandestinos llegados desde Francia. El niño santanderino no solo se hizo hombre en la cárcel –la misma en la que Arturo Dúo Vital pasó varios meses y otros tantos pentagramas– sino que además hizo de ella su mejor conservatorio. Así, mientras Hierro firmaba Canción de cuna para dormir a un preso (ca. 1942), Rincón practicaba sus estudios de armonía en sus Diez pequeñas piezas para piano (1963-1965), de las que hoy escucharán la nº. 1 y nº. 5. Aunque no fueron escritas para ser interpretadas juntas, músico y poeta, poeta y músico se pensaron, miraron y recordaron en más de una ocasión durante su cautiverio. Amistad que continuó tiempo después, desechos de las cadenas del Penal de Burgos, cuando Rincón tomó en varias ocasiones la obra de Hierro para escribir Ellos (2013) –incluida en el programa de esta noche como estreno absoluto, en adaptación instrumental y recitado–, su ópera Reportaje (1997), la trilogía En Nueva York (ca. 1998) y la serie de lieder sobre textos del poeta.
La música y la poesía fueron para ellos una forma de expresarse, reivindicarse, como colectivo, como individuos en una sociedad que negaba su existencia, pero también era comunicación. Entre ellos. Con sus familias. Con ese fin escribió el músico valenciano Ángel Bernat Beneyto (1884-1939) su serie de canciones para voz y piano en 1939 en la Cárcel Modelo de Valencia. En Oh, Libertad y El Camino de la Vida el autor clamaba por aquello que le sería arrebatado apenas unas semanas después de ser encarcelado. Concordia, Guadalupe y Tania dirigidas a su familia a modo de epístola musical acompañan hoy al recitado de la obra del poeta tinerfeño Pedro García Cabrera (1905-1981) quien encarcelado en la Prisión Civil de Baza escribía en La cabalgata de las nubes (ca. 1941) a la Alhambra, testigo mudo, amante, libertaria y ejecutora de su sentencia. En Baza coincidió con otro de nuestros protagonistas Luis Hernández Alfonso (1901-1979) autor del texto de la revista Un día en la cárcel (1941), pieza que revisita el género costumbrista para apropiarse de él y sumergirnos en la vida de los presos, desde el toque de recuento hasta el aseo, las comunicaciones, la alimentación o los ensayos del coro. En este concierto se tendrá la oportunidad de asistir a la primera representación fuera de la cárcel de dos números de esta obra, que desde 1942 no ha vuelto a ser interpretada: “Polka de las sortijas” y “Apoteosis”. Prestad atención al tintineo alegre en un mundo de hierros.
Cierre
Granada, ciudad de destierro es una invitación a viajar a través del tiempo, el espacio y la memoria para conocer algo más de nuestra historia. Este concierto no sería posible sin la labor de las familias o los propios autores que han puesto en nuestras manos su legado, algunos de los cuales comparten sala con nosotros esta noche. Su experiencia será a partir de hoy también la nuestra.