Breve tratado sobre Medusa
Conferencia performativa sobre la escritura, la crítica y la sangre
A partir del capítulo homónimo de Pascal Quignard, de los fragmentos y prácticas supervivientes de los Misterios Eleusinos y de las críticas de los espectáculos La piedra oscura, La geometría del trigo, En mitad de tanto fuego, El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca y Todas las noches de un día aparecidas en Granada entre 2015 y 2025.
Alberto Conejero
[Con la colaboración de Vicky Gómez y Ricardo Arrescurrenaga]
Durante una década, mi trabajo recibió críticas feroces en esta ciudad. Todo ese tiempo pensé que no había respuesta y que, de encontrarla, sería mejor callar. Sin embargo, en una visita a Florencia y ante la Medusa de Caravaggio, tuve una revelación. Aquí está por fin mi respuesta.
Fragmento del texto:
Yo no he venido aquí a defenderme.
Arrojo el escudo a la tierra.
Yo no he venido aquí a cortar ninguna cabeza.
Arrojo la espada al mar.
Quiero llenarme los ojos del espanto de tus ojos.
Si la sangre ha de convertirse en piedra, sea.
Si la carne ha de convertirse en piedra, sea.
Si el aliento ha de convertirse en piedra, sea.
En la tiniebla de nuestro tiempo
la piedad tiene condición mineral:
se hunde, se hunde, se hunde,
pesa demasiado la luz para este mundo.
Todos los justos se convertirán en piedra.
Es el signo del presente:
la bondad petrifica.
Mírame, por favor, mírame. Mírame, mírame, mírame.
Quiero abrazarte,
quiero sostener tu cabeza entre las manos.
Estoy dispuesto a pagar el precio.
Tarde o temprano
todos nos convertiremos en piedra
si es que tenemos la suerte de una lápida.
Dame las alas de cobre, las serpientes vivas,
la desesperación, la cólera, el desprecio,
pero déjame abrazarte,
como abrazaría a todos los perros con rabia de este mundo,
como abrazaría a todos los ángeles extraviados, a los tristes
de este mundo, a los solitarios del recreo, a los que lloran
los sábados de fiesta, déjame abrazarte, déjame abrazarte,
quién eras antes del monstruo, eso quiero saber,
quién eras antes del desprecio, del desencanto,
dímelo mientras me convierto en piedra,
quién eras antes de la ofensa, del desencanto,
decapita el presente y remóntame a tu sueño intacto,
eso te pido, Medusa.