(…) MIKAËL fue la única película alemana de Dreyer y en ella participaron Erich Pommer (productor de Decla Bioscop/UFA) y la guionista Thea Van Harbou. (…) Los decorados del film llevan la firma de Hugo Haring, uno de los mayores artífices de la arquitectura orgánica y del funcionalismo aplicado a esta disciplina, heredero del expresionismo y tentado por el cine tan solo en esta ocasión. Su diseño de interiores para la mansión del pintor Claude Zoret y el coqueto apartamento de su modelo, efebo y protegido, Mikaël, revierte las señas de identidad del expresionismo en aras de un realismo extremo -techos altísimos, mucho espacio en cada sala, escaso mobiliario que potencia una inusitada, para la época, profundidad de campo-. Este es uno de los signos distintivos de una película sobre el amor imposible, la juventud y la madurez, que explica con enorme equilibrio emocional la relación entre el artista y su protegido, entre los valores que ambos representan, y cómo esa relación se desvirtúa a partir de elementos externos -la aparición de una princesa de mirada esquiva que quiere ser retratada por el artista y acaba seduciendo al modelo- y de la ambición que acaba por sesgar los delicados hilos emotivos de los que prendía un sentimiento mutuo, el de Zoret por Mikaël, el del joven por el maestro, que tenía tanto de proteccionismo paternal –Mikaël es el hijo que Zoret nunca pudo tener- como de callada e indisimulada atracción sexual. (…). Dreyer consigue en su film ejemplificar, en un solo plano, toda la soledad que impone una deserción amorosa y una derrota moral que tiene, como siempre en Dreyer, algo de intolerante: Zoret, excelente Benjamin Christensen (director de La brujería a través de los tiempos) come solitariamente en su casa mientras le contempla, silencioso, su viejo amigo; Zoret ha perdido a su esposa: es un plano de tormento y desolación, tan doloroso como aquél en el que Claude quiere ofrecerle a Mikaël un poco de vino en la vajilla inglesa –los rótulos eran siempre muy descriptivos y nada funcionales en Dreyer- y se entera de que su pupilo la ha vendido (…).
Quim Casas, rev. Dirigido, julio-agosto 2009 (extracto)