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- / Espacio V Centenario

Historia de un cartel

Más que imágenes: Fotografía y Cine en la UGR

Área de Cine y Audiovisual / Cineclub Universitario UGR / Aula de Cine "Eugenio Martín"

Detrás de cada cartel que ha servido para anunciar un ciclo del Cineclub universitario UGR hay una historia. Puede ser más pequeña o más grande, más o menos habitual, más o menos anecdótica, más o menos sorprendente. Pero todas sirven para entender el proceso seguido en la realización de dicho ciclo: los motivos de su programación, las complicaciones y dificultades surgidas durante su preparación o, por el contrario, la (aparente) facilidad a la hora de armarlo.

En este espacio van a poder conocer algunas de esas historias, las historias que hay detrás de algunos de esos carteles. De esa manera, además, descubrirán la propia historia del CINECLUB UNIVERSITARIO UGR a lo largo de sus 70 años de existencia -75 si contamos los cuatro primeros años en que comenzó llamándose CINE-CLUB DE GRANADA (1949-1953)-.


DICIEMBRE 1995
UNA NOCHE EN EL SALÓN INDIO

“Cuando el cine cumplió 100 años, el Cineclub de la UGR aún estaba allí”.

Nos van a permitir que usemos este “guiño” al famoso cuento de Monterroso, para hablar del primer cartel con el que inauguramos esta sección.

Estamos en diciembre de 1995 y tras todo un año conmemorando el primer siglo del nacimiento del cine, nos pareció muy adecuado cerrar nuestra programación con la reproducción de aquella ya mítica sesión que los hermanos Louis y Auguste Lumière celebraron el 28 de diciembre de 1895 en el Salón Indio del Gran Café de París. Proyectamos las mismas películas que el sorprendido público pudo ver entonces. Y lo hicimos, debido a las propias condiciones de los materiales exhibidos, en copias de 16 mm, lo que nos obligaba a que el proyector no estuviera en la cabina de proyección sino fuera, en la sala, entre el público, por lo que, al igual que aquel día de invierno en París hacía 100 años, el ruido del proyector se entremezclaba con la música que acompañaba las  películas que proyectamos y con los comentarios del público asistente: ahí estaban La salida de la fábrica, La llegada del tren a la estación, El regador regado, El desayuno del bebé… las imágenes que abrían la puerta a un nuevo arte.

Y completamos esa sesión, con una selección de títulos de uno de los testigos privilegiados de esa primera proyección pública del cinematógrafo, un mago convertido al poco tiempo en uno de sus mayores pioneros y maestros: el inimitable y genial Georges Méliès.

Respecto a las dos otras sesiones que aparecen recogidas en este histórico cartel, son una buena muestra de algo que fue bastante habitual mientras que en el Cineclub trabajamos con el formato celuloide, ya fuera en 35 mm. o 16 mm.,  y que podríamos resumir con esa famosa frase con la que se cierra la excelente Un tranvía llamado Deseo del maestro Elia Kazan. Una frase que pronunciaba Blanche Dubois, el personaje al que daba vida, de manera admirable, Vivien Leigh: “Siempre he dependido de la amabilidad de los extraños”. Sin el significado dramático que tal frase tenía al final del film, sí que es bastante sintomática de lo que nos pasaba en el Cineclub en esos años: en muchas ocasiones, dependíamos de que alguien, “extraños” (entiéndase distribuidoras), nos contactaran, ofreciéndonos amablemente (aunque lógicamente pagando el canon de alquiler correspondiente), algún título reciente para poder exhibirlo en nuestra sala –en ese momento al Aula Magna de la facultad de Ciencias-. Esos ofrecimientos eran por tiempo limitado, a veces con validez para una o dos semanas –casi siempre era porque iban a caducarles los derechos de exhibición y buscaban sacarle algo más de rendimiento económico-, por lo que teníamos que hacer sesiones aisladas en cuanto podíamos disponer del espacio. De ahí esas dos sesiones que aparecen en el cartel, y que hubo que organizar, improvisar, deprisa y corriendo para tener la oportunidad de ofrecer dos títulos de reciente estreno -como pueden ver por su fecha-. Por un lado el film de Greenaway: eran los años en que este singular cineasta causaba furor y poder proyectar algo suyo actual, en v.o.s.e. y que no que se hubiera estrenado en la cartelera comercial granadina era una oportunidad casi única. Por otro el de Ulf Hultberg: una rareza muy premiada desde su estreno, coproducción entre Dinamarca, Suecia y México, con un comprometido discurso social y político en torno a la defensa de los derechos humanos en Guatemala y en concreto en relación a la población indígena.

PROGRAMA DEL CICLO (pdf)

Actividad organizada por el Cine Club Universitario UGR /Aula de Cine “Eugenio Martín” de la Universidad de Granada.

#CineclubUGR