EL VOLAR ES PARA LOS PÁJAROS (EE.UU., 1970) v.o.s.e. 105’

Brewster McCloud

30 septiembre 2025 | 21:00 h
  • Sala Máxima | Espacio V Centenario

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30 septiembre 2025 | 21:00 h
  • Sala Máxima | Espacio V Centenario

“Creo que, de todas mis películas, es y no es al mismo tiempo la mejor. Pienso que con ella di el mayor de los saltos; debía estar chalado cuando la hice. Si me hubiera parado a pensar, me habría dicho que no podía hacerlo (…). No diría que es mi mejor film.  Tiene defectos, no está tan acabada como otras cosas que hice después, pero es mi preferida, porque es en la que corrí más riesgos. Es mi obra más atrevida y de lejos la más ambiciosa. (…) Negué al espectador toda posibilidad de identificación con el héroe. No digo nada sobre él. No sentís jamás quién es él. Hubiera sido un fracaso que el público sintiera algo de afecto por él (…)”

Robert Altman

(…) EL VOLAR ES PARA LOS PÁJAROS es la primera película, realmente, de “Robert Altman” (…). Sus cinco anteriores películas suponen primeros pasos que apuntan formas y temas del futuro creativo del cineasta –en especial M.A.S.H.– pero no dejan de ser de origen ajeno. En cambio este es su primer trabajo en donde cuenta con libertad creativa casi absoluta. En ella hallamos elementos firmes de lo que será su cine posterior. Temáticamente se adentra en la reflexión sobre el desarrollo de la libertad individual en una sociedad represora y en un nuevo muestreo de las costumbres e ítems de la cultura norteamericana. Formalmente consolida el estilo altmaniano desarrollado en M.A.S.H.: fragmentación del discurso, juego con las estructuras narrativas, descentralización dramática del protagonista, pluralidad de puntos de vista, diálogos solapados, etc. (…). La película es un provocador ataque a los estamentos conservadores de la sociedad norteamericana. Se propone una visión de unos Estados Unidos mediatizados por los grandes medios de comunicación de masas que perpetúan los mitos culturales. Un catálogo de todos los defectos de una sociedad de la que el antihéroe Brewster McCloud intenta escapar y en la que los pájaros ejercen de metáfora de la libertad. Brewster se convierte en personaje emblemático y precursor de la filmografía altmaniana. Este Ícaro moderno ostenta unos valores infranqueables que impiden su socialización. (…) 

(…) Se trata de uno de los rodajes más míticos de Altman, ya que en él se dieron lugar todas las características de su peculiar sistema y ritmo de trabajo: libertad de improvisación y trabajo en equipo, además de continuas fiestas con drogas y alcohol a raudales. La impronta que este rodaje dejó en todos sus miembros fue manifiesta. (…) Altman opta por el montaje paralelo como principal recurso expresivo, que combina con una estructura en la que juega con las confusiones temporales. Movimientos de cámara y zooms vuelven a ser parte fundamental de su repertorio pero aquí no se aplican de manera tan indiscriminada como en otros films. (…). 

(…) Mientras que Brewster simboliza la inocencia a todos los niveles, todas las víctimas son seres despreciables que asumen los comportamientos más deleznables de la sociedad norteamericana: el patriotismo ciego, el autoritarismo, la avaricia, la violencia, el racismo, el materialismo, etc. Y es el cineasta, como demiurgo que observa a sus personajes desde las alturas quien selecciona las víctimas. Esto explica que la caracterización de esos personajes negativos sea caricaturesca (…). El contraste entre Brewster y el policía Frank Shaft, que configura la estructura central de la película, está basado en el conflicto entre la fantasía y la racionalidad (…). 

(…) La condición del protagonista, sobre todo en las primeras secuencias en las que guarda silencio, nos recuerdan enseguida al monsieur Hulot de Jacques Tati. Esta similitud es muy patente en una breve secuencia posterior, aquella en la que Brewster es perseguido por un gordinflón guardia de seguridad del estadio, un breve inserto cómico que no solo remite al cine del francés sino también al slapstick. Cine mudo cuya influencia es patente en esta película como en otras de Altman. (…). El desenlace del film ilustra el brutal pesimismo de Altman (…).

Texto (extractos):

José Manuel & Francisco Javier González-Fierro Santos, 

Robert Altman, el independiente de Hollywood, Arkadin Ed., 2006

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