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31 enero 2025 | 21:00
  • Sala Máxima | Espacio V Centenario

 “Me hicieron dirigir ATRACO A LAS TRES cuando aún no había acabado La becerrada. (…) Yo les sugerí un actor bajito, que trabajaba en una comedia de Jardiel Poncela, y del que no me había quedado el nombre. Era Alfredo Landa, inédito aún en el cine, y que sería una auténtica revelación. En el guion no intervine, no tuve ningún margen de tiempo. Por otra parte, era muy divertido y tenía una estructura sencilla, muy eficaz. El guion jugaba a la transgresión, una de las claves fundamentales del humor. (…) Sí intervine, sobre la marcha, en el desarrollo de algunas situaciones, escasamente apuntadas en el papel. (…) Aquí empecé a aplicar mis teorías sobre el humor: repetición por tres veces de los efectos cómicos como, por ejemplo, en la pelea de los atracadores. (…) Cuando los distribuidores vieron la película, apenas acabada y a punto de estrenarse, no les gustó absolutamente nada. Les parecía una broma tonta, sin gracia. Cuando terminaron de verla, en una sesión privada, casi ni se despidieron de nosotros; creyeron que aquello sería una catástrofe. (…) Posteriormente, ha pasado a ser un film emblemático de la comedia española (…).”

José María Forqué

(…) ATRACO A LAS TRES es una de las comedias mejor solucionadas de nuestro cine, porque pocas veces unas pretensiones de modesto alcance, obtienen resultados tan eficaces y divertidos. La parodia, con momentos muy felices, tiene una cierta crítica a la sociedad española de aquellos años y a la vez un leve toque dramático, casi patético por la dimensión de los personajes. Con directas referencias a la popular comedia a la italiana Rufufú (1958), de Mario Monicelli, que no era más que una parodia de la película francesa de Jules Dassin Rififí (1956), donde un grupo de ladrones intenta dar un golpe perfecto, pero en el que todo sale rematadamente mal. (…) Con un reparto de excelentes intérpretes, ATRACO A LAS TRES tiene dos virtudes inhabituales en el cine español de los 60: un bien tramado guion, con adecuada distribución de lances, diálogos ingeniosos y magnífico dibujo de los personajes, y la acertada selección de los intérpretes, que sirven fiel y gozosamente a los variopintos personajes de la historia. A todo ello hay que añadir lo que corresponde más directamente a José María Forqué: una dirección plena de aciertos en la coordinación de elementos, sin perder nunca el ritmo y con una perfecta sucesión de gags que salvan incluso reiteraciones y espacios menores para dar hilaridad y amenidad a un relato perfectamente conducido. (…). Con indirectas referencias a “La oficina siniestra” de “Pablo” San José García, Forqué también dejó patente en ATRACO A LAS TRES la larga serie de frustraciones, de sueños inalcanzables, del españolito medio de aquella España de la dictadura. Y lo hizo con un glosario de personajes que, aún hoy en día, como otros muchos de Luis García Berlanga, aún siguen vigentes en nuestra sociedad (…)

Texto (extractos):

José Luis López Vázquez & Luis Lorente,

José Luis López Vázquez, biografía autorizada, Akal, 2010.

Manuel Fernando Ruiz de Villalobos, “Atraco a las tres”,

en especial “100 años de cine español”, Dirigido, julio-agosto 1996.

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