Fecha y Hora: MARTES 19. 21’30 h. Entrada libre (hasta completar aforo). Lugar: Salón de Actos de la E.T.S. de Ingeniería de Edificación.
MAESTROS DEL CINE CLÁSICO VI: JEAN RENOIR (3ª parte). Centro de Cultura Contemporánea – Cine Club. Universidad de Granada.
Año de estreno: (1959). País: Francia. Duración: 95 min. Género: Intriga. Título Original.- Le testament du docteur Cordelier. Director.- Jean Renoir. Argumento.- La novela “El extraño caso del dr. Jekyll y mr. Hyde” de Robert Louis Stevenson. Guión.- Jean Renoir. Fotografía.- Georges Leclerc (B/N). Montaje.- Renée Lichtig. Música.- Joseph Kosma. Productor.- Albert Hollebecke. Producción.- Compagnie Jean Renoir – Radio Televisión Française – Sofirad. Intérpretes.- Jean-Louis Barrault (dr. Cordelier / Opale), Teddy Bilis (Joly), Michel Vitold (Lucien Séverin), Micheline Gary (Marguerite), Jean Topart (Desiré), Jacques Dannoville (comisarioLardaut). Música de sala: Mary Reilly (Mary Reilly, 1996) de Stephen Frears. Banda sonora original de George Fenton.
Temática:
“A Renoir le interesa tratar el tema de la represión del elemento natural en la vida. Cordelier, el personaje central, se debate entre dos pulsiones que identifica con el bien y con el mal. Un bien y un mal que Renoir no puede creer como absolutos. El impulso natural no puede reducirse a esta dualidad ya que la naturaleza es anterior a toda valoración moral“.
José Ángel Alcalde & Germán Lázaro, “El testamento del doctor Cordelier”, en Jean Renoir, rev. Nosferatu, nº 17-18, marzo 1995.
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Análisis:
El drama de Cordelier nace de su imposibilidad para conciliar razón e impulso natural a causa de una educación monolítica que hace sentir como mal todo lo que desborda sus esquemas preconcebidos. El experimento del doctor Cordelierparte pues de una premisa falsa que le lleva a juzgar como infección moral sus impulsos voluptuosos, connaturales a la condición humana. Vano esfuerzo el de intentar materializar su alma para así erradicar ese impulso bastardo. Lo único que consigue es desencadenar sus impulsos naturales, dando forma a un ser que lo dobla: Opale, un “reflejo traslúcido de sus instintos”, que son ansias reprimidas. Como una suerte de negativo fotográfico, que al ser positivado convierte sus partes negras en blancas y viceversa, cuanto más resistencia oponga Cordelier a su naturaleza, mayor será la amoralidad de Opale. De esta manera, Opale nacerá con un deseo de libertad exacerbado, produciendo un efecto contrario al pretendido ingenuamente por el doctor en su experimento. Al ansia impoluta de bondad que anhela Cordelier, Opale opone su “ansia insaciable de crueldad”. El Cordelier frío, hierático, tenso, rígido, que reprime todo instinto en la vaina de su cuerpo lineal y de su traje ajustado, se transfigura con un aspecto físico distinto. Opale, en consecuencia, es burlón, distendido, volátil, expansivo; su cuerpo incontrolable, nervioso, se mueve eléctricamente dentro de sus ropas holgadas.
La rebelión de Cordelier es patética; su enajenación, nacida de la negación de sus instintos, genera una fuerza autodestructiva, en la que su necesidad de expansión se torna implosiva. Renoir verifica, a través de su personaje, el resquebrajamiento que provoca el orden burgués entre naturaleza y creación cultural. La imposibilidad de dejar fluir en libertad este impulso vuelve al hombre contra su propia esencia y por tanto lo obliga a vivir la vida de una manera inauténtica. Ciencia y religión reproducen un mismo esquema que tiende a separar el espíritu y la materia, elementos en cuya unidad basa Renoir su visión ideal de la naturaleza. Aun inconscientemente, y a su pesar, Cordelier ha reunido en su propio ser estas dos pulsiones.
Fuente: Dossier Cine Club Universitario – Centro de Cultura Contemporánea – Universidad de Granada.