Origen (2010)

Área de Cine y Audiovisual

“[El cine] es el mejor instrumento para expresar el mundo de los sueños, de las emociones, del instinto. El mecanismo productor de imágenes cinematográficas, por su manera de funcionar, es, entre todos los medios de expresión humana, el que más se parece al de la mente […], o mejor aún, el que mejor imita el funcionamiento de la mente en un estado de sueño”.

Luis Buñuel

“Hablar de sueños es como hablar de películas, ya que el cine utiliza el lenguaje de los sueños; los años pueden pasar en segundos y se puede saltar de un lugar a otro. Es un lenguaje hecho de imágenes”.

Federico Fellini

«Siempre me han fascinado los sueños, ya desde pequeño. La relación que hay entre los sueños y las películas es algo que siempre me interesó, y me gustaba la idea de tratar de llevarlo a la pantalla. (…) Lo que más me interesaba de los sueños y de hacer esta película es la idea de que, cuando uno se queda dormido, crea un mundo entero; pero no sólo lo crea, también lo vive sin darse cuenta. (…)».

Christopher Nolan

Introducción

La película Origen (2010) continúa el ciclo «Cineastas del siglo XXI (IV): Christopher Nolan«, el 27 de noviembre de 2018, a las 21:00 horas, en la Sala Máxima del Espacio V Centenario (Antigua Facultad de Medicina en Av. de Madrid). Ciclo organizado por el Cine Club Universitario / Aula de Cine de La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada. La película se proyectará en versión original en inglés con subtítulos en español y la entrada a la misma es libre hasta completar aforo.

Una narrativa  que exige un alto grado de concentración y esfuerzo

Origen es un film que desde el inicio coloca al espectador en saltos contínuos al interior de las mentes de los personajes, sin que en ningún momento podamos discernir si nos encontramos en el mundo real o en el soñado. De esta forma, Nolan convierte a Origen en un salto en el vacío, un film que pone en peligro su carácter de producto destinado a un consumo masivo, con una narrativa que exige un alto grado de concentración y esfuerzo al espectador durante dos horas y media de metraje, algo que ya ocurría en parte en otras películas de Nolan.

Un James Bond pensado para cibernautas

Lo que más sorprende en este trabajo de Nolan es su obsesión por dar a su trabajo el aspecto de un James Bond pensado para cibernautas. La dirección de las secuencias de acción urbanas retoman el carácter físico y visceral de las últimas aventuras del personaje (sobre todo 007: Casino Royale, Martin Campbell, 2006), mientras que parte del clímax final de Origen reproduce casi íntegramente momentos de 007 al servicio secreto de Su majestad (On Her Majesty’s Secret Service, Peter R. Hunt, 1969), la película favorita de las saga para Nolan. Origen es un frío y complejo tecno- thriller corporativo en el que los agentes secretos de un futuro próximo se moverán en geografias virtuales o situadas en el interior de las mentes de los individuos, en sus sueños. Y para ello, Nolan construye la última hora de su película en clave de mega clímax final en tres niveles de acción, llevando al paroxismo las conclusiones de muchos films de la serie Bond.

Cierto Naturalismo y tendencia a la creación de espacios clásicos

Lejos de representar de una manera histriónica el mundo interior, onírico de los protagonistas, éste queda representado mediante un cierto naturalismo y con tendencia a la creación de espacios clásicos, a la manera que Kubrick representó el espacio virtual recreado por los alienígenas a Dave Bowman al final de 2001: una odisea del espacio (2001, A Space Odyssey, 1968). Las ciudades de Origen son neutras, irreconocibles (tal y como ocurría con el Gotham City de El caballero oscuro), llegando a perder paulatinamente sus caracteres físicos (esa impresionante imagen de la megalópolis que se derrumba a orillas del mar), despojadas de la lógica, donde se producen sucesos imposibles (la irrupción de un tren en plenas calles de una ciudad) o geografías y cartografías siniestras (espejos que surgen de la nada, edificios que se pliegan en sí mismos…). Nolan elimina las balizas de lo real, nos transporta a un universo donde ya no hay mapas, dejando sólo dos leves marcas donde sujetarnos. Una, el personaje interpretado en dos breves escenas por Michael Caine, mentor y guía del de Leonardo DiCaprio, y la segunda (y más importante) los dos hijos de éste a los que Nolan nos impide ver sus rostros hasta la conclusión del film. Y es que la odisea del protagonista se resume en un drama personal, en la pérdida de su mujer (Marion Cotillard), convertida en una sombra perversa en los diferentes sueños de Cobb y la redención-reencuentro con sus hijos. Pero esa conclusión, aparentemente feliz y simple, puede ser un engaño dentro de otro engaño, una mera fuga psicogénica de un personaje perdido en una cinta llena sin fin de simulacros, en una tormenta virtual que ha destruido para siempre al individuo y el entorno que lo cobijaba.

Cierre: La ficción como única forma de representar la realidad

Origen es una obra de lecturas tanto directas como metalingüísticas que no se agotan en un día ni en una semana. Si Matrix abrió al gran público el debate (planteado ya con anterioridad en la literatura y propuestas cinematográficas más minoritarias) de la muerte de lo real, Origen lo certifica, establece la ficción (como diría Slajov Zizek), como la única forma de representar la realidad, aunque sea las ficciones íntimas, encontradas en lo más recóndito de la mente humana. Nolan nos da la bienvenida a la victoria definitiva del simulacro, de lo virtual, haciendo posible el viejo anhelo de vivir un sueño, certificando el triunfo del cine como vehículo de representación justo cuando muchos anunciaban su muerte definitiva.

Fuente: Cuaderno del Cine Club Universitario / Aula de Cine.

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