La clase obrera va al paraíso (1971)

Área de Cine y Audiovisual

Introducción

Con La clase obrera va al paraíso (1971) sigue el ciclo Las décadas del cine (III): los años 70 en el cine italiano (1ª parte). Ciclo con el que el CineClub Universitario / Aula de Cine de La Madraza.Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada da la bienvenida al curso académico 2018/2019. Dicha película se proyectará, en versión original en italiano con subtítulos en español, el 21/9/18,  a las 21:00 horas, en la Sala Máxima del Espacio V Centenario (Antigua Facultad de Medicina en Av. de Madrid). Entrada libre hasta completar aforo.

El proletariado fabril milanés: La abrumadora soledad del obrero

En La clase obrera va al paraíso la atención se centra en el proletariado fabril milanés, ejemplificado en el personaje de Lulù Massa (apellido harto elocuente), prototipo de hombre objeto, de obrero alienado que tomará conciencia de su situación a raíz de un accidente laboral, pero que esta misma conciencia le advertirá de la imposibilidad de escapar a su destino como elemento productor de beneficios ajenos. La trampa en la que se debate Lulù es la misma que se plantea a todo ciudadano occidental: Trabajo = dinero, dinero = poder de adquisición/capacidad de consumo. Lulù aumenta su ritmo de trabajo, perjudicando inconscientemente a sus compañeros, para así incrementar su poder adquisitivo de modo que le permita consumir más, con lo que de forma indirecta aumenta doblemente su autoalienación: Como elemento productor de una mayor plusvalía y como elemento consumidor de lo que él mismo -u otros como él- producen, limitando su existencia a la sucesión de horas repartidas entre la máquina del taller y el televisor hogareño. La pérdida de un dedo por accidente de trabajo y la visita a un ex-compañero internado en un sanatorio mental le hacen comprender el estado latente de su propia demencia. Todo ello le impulsará a rebelarse, provocando malestar en la fábrica hasta ser despedido, situación todavía más apurada que la anterior por la falta de recursos económicos. Cuando por fin sus compañeros consiguen que los admitan de nuevo, a base de presionar a la empresa, el círculo se cierra en la misma posición inicial.

 

Donde se hace mayor hincapié en La clase obrera va al paraíso es en la abrumadora soledad del obrero, explotado por la empresa, presionado por los sindicatos  y manipulado por los estudiantes, cuyos teóricos radicalismos en nada ayudan a su causa ni a su clase, puesto que provienen de otra. El panorama desolador en que se mueve Lulù se completa con su especial situación familiar: Separado de su mujer y de su hijo, que viven con otro empleado del taller, su actual acompañante es una empleada de peluquería cuya única meta es la adquisición y acumulación de objetos.

 

Cierre: El cine popular de Elio Petri, director de La clase obrera va al paraíso (1971)

El cine de Elio Petri (1929-1982) es un cine popular, alejado de intelectualismos minoritarios y apoyado en los eternos resortes que desde siempre han movido al gran público meridional: situaciones jocosas, complicidad con los protagonistas, diálogos “callejeros” y el cultivo de la risa fácil por encima de la sonrisa sutil. De ello puede desprenderse que el cine de Petri, más que de un estilo propio, parte de una mezcla de géneros o corrientes arraigadas en la tradición cinematográfica italiana, resultando a la postre un pastiche cuya fuente originaria se hallaría en el neorrealismo, con elementos del posterior “realismo crítico”, sin desdeñar la influencia de las comedias costumbristas de Dino Risi o Mario Monicelli, ni las “denuncias” de Damiano Damiani.

Petri, ex-periodista, crítico, documentalista y guionista para otros directores, pretende a través de sus historias fustigar las bases de la sociedad capitalista, en base a un presunto análisis de los resortes en que se articula y de las relaciones establecidas entre los dos grandes bloques -dominados y dominadores- que la caracterizan. La Mafia, los empresarios, los obreros y la policía son los estamentos que pone en juego.

Fuente: Cuaderno del Cineclub Universitario / Aula de Cine.