Incendios (2010)

Área de Cine y Audiovisual

Introducción

Información complementaria al ciclo Cineastas del siglo XXI (V): Denis Villeneuve. Ciclo que el Cineclub universitario / Aula de cine, del Área de Cine y Audiovisual de La Madraza, nos ofrece durante el mes de noviembre, más una sesión especial la primera semana de diciembre, todos los martes y viernes, a las 21:00 horas, en la Sala Máxima del Espacio V Centenario. Las películas se proyectarán en versión original, con subtítulos en español, y la entrada a las mismas es libre hasta completar aforo. Si bien, en esta sala y durante las proyecciones, NO ESTÁ PERMITIDO comer ni hacer uso de dispositivos móviles. Os agradecemos vuestra colaboración.

Dos historias paralelas

Al morir, Nawal (Lubna Azabal) deja establecida como última voluntad en su testamento que sus hijos gemelos, Jeanne (Mélissa Désormeaux-Poulin) y Simon (Maxim Gaudette), busquen a su padre, a quien creían muerto, y a su otro hermano, de quien no tenían noticia alguna, para entregarles un sobre a cada uno de ellos con una carta escrita por ella. Esta es la premisa de arranque de INCENDIOS, cuarto largometraje del siempre interesante Villeneuve, basado en la aclamada obra teatral de Wajdi Mouawad. Villeneuve construye INCENDIOS mediante un esquema narrativo centrado en dos historias paralelas: La investigación de Jeanne alrededor de su madre y la visualización de lo que va descubriendo sobre ella, buscando en ocasiones el crear lazos de unión entre una historia y otra, como, por ejemplo, mostrando qué le sucedió a Nawal en el mismo espacio en el que se encuentra Jeanne. De este modo, vamos conociendo la vida de Nawal mediante y tan solo con aquello que descubre su hija.

La historia de Nawal es narrada con enormes saltos temporales, quedando en la oscuridad en ocasiones aquello que ha sucedido entre un momento y otro. Al cineasta no le interesa tanto mostrarlo todo como aquello que es verdaderamente relevante para entender qué fue de una mujer, Nawal, quien comienza a revelarse como una persona extraña para todos aquellos quienes la conocieron en sus últimos años. Llegada a Canadá comenzará una vida “normal”, aunque su carácter, algo introspectivo, conlleva, por ejemplo, que su hijo Simon se desentienda al comienzo de su última voluntad. Según Jeanne vaya avanzando en su investigación, irá encontrándose que su madre arrastraba un pasado lleno de problemas personales que no son otros que aquellos que sacuden a diario, y ya de manera histórica, a Oriente Medio. Jeanne descubre cómo su madre, desde su temprana juventud, tuvo que lidiar con no pocos problemas de raíz religiosa. La cuestión cristiana, judía y musulmana del territorio se individualiza en la figura de Nawal para cartografiar ciertos elementos constitutivos de dichos conflictos.

Una mirada general de los problemas de Oriente Medio

Lo que resulta más llamativo y gratificante en INCENDIOS es la ausencia de un discurso claro y enfático pero, a su vez, el no caer en el exceso melodramático. Hay cierta distancia con lo que se está narrando, pero no resulta complicado el sentir diferentes emociones en determinados momentos. INCENDIOS se va abriendo poco a poco desde su centro narrativo para crear un collage de historias que, en el fondo, no son más que una. Villeneuve, como ha declarado, no sitúa el conflicto en un punto exacto del Oriente Medio, rehuyendo con ello la necesidad de posicionarse ideológicamente con claridad, aunque con tal procedimiento asume una posición política bastante clara. De ahí que en diferentes comentarios sobre la película se hable indistintamente del Líbano o de Palestina como marcos espaciales de gran parte de la acción; y en cierto modo, así es: tanto un país como otro, así como cualquier otro del territorio, podría ser el marco de la acción. Esta falta de concreción espacial que universaliza, quizá en exceso según determinado punto de vista, los planteamientos narrativos, busca el trazar una mirada general, casi en abstracto, de los problemas religiosos y políticos de Oriente Medio.

Sin embargo, esta visión viene dada mediante una historia personal y generacional sobre la identidad personal, sobre sus cambios condicionados por las circunstancias, sobre qué elementos la constituyen y, en ocasiones, sobre cómo determinadas experiencias o vivencias implican u obligan a adoptar otras formas de identidad como única forma de sobrevivir. También sobre la memoria, sobre la existencia, sobre el desconocimiento que puede existir acerca de la vida de quienes nos rodean, sobre los intrincados mecanismos que dan forma a una vida, sobre la necesidad, o la viabilidad, en ocasiones, de recuperar historias individuales para comprender algo más general, algo más complejo.

Al igual que Jeanne, quien poco a poco va descubriendo que su madre era una mujer mucho más compleja de lo que ella pensaba, que su pasado está lleno de momentos de dolor y que hoy en día aun queda quien la recuerda en su país de origen, para bien o para mal, el espectador debe también de llevar a cabo una tarea de reconstrucción y de planteamientos.

Cierre

Uno de los mejores ejemplos de cómo se puede trazar una nueva forma de cine político o de concebir el cine como vehículo político sin con ello caer en discursos (tanto ideológicos como cinematográficos) manidos o en la hipocresía más falsaria y extendida.

Fuente: Cuaderno del ciclo Cineastas del siglo XXI (V): Denis Villeneuve.