Corazón de cristal (1976)

Área de Cine y Audiovisual / Cineclub Universitario UGR / Aula de Cine "Eugenio Martín"

Introducción

Información complementaria al ciclo «Maestros del cine contemporáneo (IX): Werner Herzog (2ª parte)» que el Área de Cine y Audiovisual (Cineclub Universitario / Aula de cine) de La Madraza, en colaboración con el Goethe Institut, nos ofrece durante el mes de Enero de 2020, en la Sala Máxima del Espacio V Centenario, a las 21:00 horas. Las películas que componen este ciclo se proyectarán en versión original con subtítulos en español. Entrada libre hasta completar aforo. Recordamos que en la sala y durante las proyecciones, NO ESTÁ PERMITIDO comer ni hacer uso de dispositivos móviles. Os agradecemos vuestra colaboración.

Entre la ficción y el documental

Desde sus orígenes, el pueblo alemán siempre se ha caracterizado por una sensibilidad gótica específicamente germánica, poblada de espectros y sombras, donde impera lo mórbido, lo macabro, junto a una visión trágica de la vida. A pesar del carácter eminentemente práctico, materialista, de los germanos, y quizás por influencia de la rica tradición mitológica de sus ancestros, su cultura ha hecho gala de una variedad sorprendente de tradiciones y fábulas de carácter fantástico que, por desgracia, ha ido perdiendo importancia dentro del imaginario de las nuevas generaciones de creadores por culpa del fenómeno de la globalización, y al establecimiento que esta ha conllevado de una cierta estandarización de las referencias que se aplican sobre el hecho cinematográfico. No ocurre así con los artistas de la generación de Werner Herzog, nacidos tras la devastación moral y política de la Segunda Guerra Mundial, y criados en un entorno marcado por la necesidad de reconstruir la legitimidad de Alemania como nación civilizada, lo que incluía la recuperación y la reivindicación de sus propias tradiciones. Algo que resulta fundamental para comprender la filmografía de Herzog, que, entre otras cosas, se caracteriza por un interés constante por reproducir o reconstruir, a través de la narración cinematográfica, la presencia de esos relatos fabulosos.

A pesar de que el director haya centrado su atención en los mitos de carne y hueso, su cine, incluso el documental, siempre ha evidenciado una cierta sensibilidad hacia lo irracional, hacia lo maravilloso, cuyos límites exploró en el díptico que forman CORAZÓN DE CRISTAL y Donde sueñan las verdes hormigas (Wo Die Grünen Ameisen Traümen, 1984). Por eso no hay contradicción, pese a lo que pudiera aparentar, en el planteamiento narrativo, a caballo entre la ficción y el documental, que escoge Herzog para ambos proyectos.

Inspirado, según confesión propia, por la visión tanto del documental etnológico Los amos locos (Les maitres fous; Jean Rouch, 1955) como del proyecto experimental The Tragic Diary of Zero the Fool (Morley Markson, 1970), el alemán busca la sugerencia de lo fantástico entre los pliegues de la realidad, acudiendo a la pureza de lo auténtico. Y no es solamente porque, en ambas películas, conciba fenómenos atmosféricos como la niebla o los tornados como proyecciones de un posible apocalipsis sino porque es consciente de que las imágenes de los poseídos de Rouch, con movimientos teatrales y exagerados, alejados de la estilización de la ficción convencional, resultan mucho más perturbadoras y más sugerentes.

El alemán elabora auténticos retablos, es cierto, pero también sostiene el plano sobre los rostros de sus intérpretes buscando, de forma voluntaria, el gesto extraño, la salida de tono inesperada, a tono a su vez con unos diálogos que abrazan de forma intencionada el delirio. Hay, como en todo el cine de Herzog, cierto ánimo jocoso en ello, pero también el interés por dotar a la narración de cierto aire onírico, pesadillesco, a tono con el estilo característicamente surrealista de la obra del autor del que parte el largometraje, Herbert Achternbusch.

Cierre

En CORAZÓN DE CRISTAL, su acercamiento a la leyenda del profeta bávaro Mühlhiasl estaba ya filtrado por la obra de Achternbusch, inspirándose en la reinterpretación del mismo que el escritor y cineasta realizara en uno de los capítulos de su novela “Die Stunde des Todes” (1975). No es casual que ambas películas contengan una crítica hacia el capitalismo, representado en CORAZÓN DE CRISTAL por el dueño de una fábrica de cristal.

Fuente: Cuaderno del ciclo «Maestros del cine contemporáneo (IX): Werner Herzog (2ª parte)«.