Más allá de la historiografía oficial y los grandes nombres del pop, se esconde un relato subterráneo y desconocido que pone en valor y visibiliza esa “otra historia” de nuestra música y que tiene como protagonistas a chicas armadas con guitarras, ciegos o la banda sonora de furia y rabia que inundó los primeros suburbios de nuestro país en plena posguerra.