Fecha y Hora: MARTES 5. 21’30 h. Entrada libre (hasta completar aforo). Lugar: Salón de Actos de la E.T.S. de Ingeniería de Edificación.
MAESTROS DEL CINE CLÁSICO VI: JEAN RENOIR (3ª parte). Centro de Cultura Contemporánea – Cine Club. Universidad de Granada.
Año de estreno: 1941. Duración: 86 min.
País: EE.UU. Género: Drama.
Poster de la película. |
Título Orig.- Swamp water. Director.- Jean Renoir. Argumento.- La novela de Vereen Bell. Guión.- Dudley Nichols. Fotografía.- Peverell Marley y Lucien Ballard (B/N). Montaje.- Walter Thompson. Música.- David Rudolph. Productor.- Irving Pichel. Producción.- 20th Century Fox. Intérpretes.- Waltern Brennan (Tom Keefer), Walter Huston (Thursday Ragan), Ann Baxter (Julie), Dana Andrews (Ben), Virginia Gilmore (Mabel), John Carradine (Jesse Wick), Mary Howard (Hannah), Eugène Pallete (Jebb McKane), Ward Bond (Tim Dorson). v.o.s.e.
“El último día de 1940, tras haber huido de horrores de la guerra que asolaba Europa, Renoir llega a Nueva York. Otro director del Viejo Continente acude a los Estados Unidos en busca de paz y, también, de trabajo. Y, al igual que todos sus compañeros de profesión emigrados, se da cuenta pronto de que dicho trabajo, el cine, no se entiende de la misma manera en la patria de D. W. Griffith que en la suya. No es lo mismo hacer una película en Francia que en Hollywood. El comienzo del aprendizaje lo marca AGUAS PANTANOSAS, realizada por Renoir en 1941 para Darryl F. Zanuck, el todopoderoso magnate de la Fox. Tras haberse barajado diversos proyectos para su debut americano -entre ellos, una nueva versión de La bestia humana (1938) y un remake del mítico Amanecer(Sunrise, 1927) de Murnau-, Renoir se decide finalmente por llevar a la pantalla un guión de su amigo Dudley Nichols, basado en una historia de Vereen Bell publicada en el Saturday Evening Post. Y consigue que Zanuck le autorice a rodar en el lugar donde se desarrolla la acción, el pantano Okefenokee, en el sureño estado de Georgia. En aquella época, los grandes estudios rodaban siempre sus producciones en Hollywood, donde sus equipos de decoración eran capaces de recrear cualquier ambiente. Sin embargo, Renoir considera muy importante el hecho de rodar en escenarios naturales, no sólo para que el público se crea lo que está viendo, sino sobre todo por los actores: “Todo lo que rodea al actor se debe subordinar al siguiente fin: poner al público en contacto con un ser humano. El decorado puede contribuir mucho a ello, no a través de la ilusión que procura al espectador, sino por la influencia que puede ejercer sobre el actor. Esto es particularmente cierto en el caso de las tomas en exteriores reales. En muchos casos, una ampliación fotográfica podría servir, pues el público no se enteraría de nada. Para el actor, sin embargo, es otra cuestión”.