Entrevista a Cristian Walter Lindo Pablo, responsable de la obra Yauría

Premios Alonso Cano

Cristian Walter Lindo Pablo ha sido galardonado con el Premio a la Creación «Federico García Lorca» de la Universidad de Granada en la modalidad de Narrativa con su obra Yauría. En primer lugar, antes de pasar a preguntarte, enhorabuena por el premio.

¿Podrías presentarnos tu trabajo?

Yauría es un cuentario conformado por siete relatos, cuyas historias, en mayor o menor medida, ocurren en un caserío  ubicado en el desierto de Ica, ciudad situada al sur del Perú. El nombre de este caserío no está registrado en los mapas, ni en los libros de geografía, ni en ningún sitio olvidado de la red. Es un lugar, como muchos en mi país, que nadie parece ver, pero existe. Y lo que ocurre allí, y es lo que narro en estos cuentos, es lo que ocurre en cualquier otro grupo humano: amor, dolor, ilusión, desesperanza, rencor, obstinación, delirio… emociones y vivencias que son matizadas y enlazadas por el mito, las costumbres, el lenguaje y las carencias de una población de migrantes de la zona central andina del Perú que decidió desmontar y plantar su memoria y sus sueños en medio del desierto.

¿Qué te hizo elegir este trabajo para presentarlo a la convocatoria de premios?

Es un libro que he venido trabajando desde hace algunos años. Una versión se iba a publicar en una editorial independiente en Perú, pero decidí seguir corrigiéndolo. Y lo seguí corrigiendo en Lima, en Granada, en Toulouse, y, finalmente, lo abandoné en Wuppertal. Fue entonces que me enteré de la convocatoria de la Universidad de Granada, y de la posibilidad de participar no solo con uno, sino con un conjunto de cuentos. Entonces escogí un grupo de esos relatos, los que creí menos imperfectos, y los envié.

¿Qué destacarías del mismo?

No lo sé. Tal vez el trabajo con el lenguaje, la singularidad de algunas historias… Sin embargo, lo que puedo valorar hoy, mañana puede ser echado al fuego. Así es que dejaré que los lectores y el tiempo decidan. Por mi parte, aunque muchos de los lugares y los personajes que pueblan estos cuentos me acompañarán el resto de mi vida, por ahora trato de tomar distancia de ellos, con la esperanza de poder terminar y comenzar nuevas historias.

¿Qué referencias tienes que influyan en tu trabajo?

Las referencias son diversas, y no se restringen solo a la literatura. Creo que en mi escritura pueden influir narradores como Herta Müller, Marguerite Duras, Virginia Woolf o Edgardo Rivera Martínez, pero también la música de Ranulfo Fuentes, Lorenzo Palacios o Nina Simone. Asimismo, pueden afectar mi imaginación y mi modo de narrar las películas de Óscar Catacora, Wong Kar-wai y Pawel Pawlikowski,  así como las pinturas de Sérvulo Gutiérrez, Víctor Humareda o Modigliani. Hasta el árbol otoñal que crece frente a mi balcón influye, porque él solo contiene más poesía que mucha de las novísimas antologías de poesía contemporánea.

¿Qué conexiones crees que tienes con otros autores de tu generación?

He leído muy poco de los escritores de mi generación. Y con aquel pequeño corpus no encuentro ningún tipo de conexión.

La historia de estos premios muestra la importancia que adquieren en la proyección de la trayectoria profesional de los premiados. ¿Qué valoración haces de las políticas y proyectos de apoyo a la creación artística de la Universidad de Granada? ¿Alguna sugerencia?

Sé que llevan medio siglo persistiendo en apoyar una labor que muchos creen obsoleta, pero que ha demostrado ser fundamental, sobre todo en tiempos como este, para resistir y sobrellevar la soledad y el desaliento. La única sugerencia que les puedo dar es que persistan, que sigan dándole voz a todos aquellos que habitamos, efímera y eternamente, esta institución y esta hermosa ciudad, en donde todo aquel que arriba a ella ─reformulando un verso de Rafael Guillén─ “nunca más volverá solo del amor”.