PULP FICTION

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Fecha y Hora: Viernes  12. 21’30 h.  Lugar: Aula Magna de la Facultad de Ciencias.  
Ciclo  «YO ESTUVE EN EL ESTRENO» (CLÁSICOS FUTUROS IV). Centro de Cultura Contemporánea Cine Club. Universidad de Granada.  


Año de estreno: 1994. País: EE.UU.            
Duración: 153 min. Género: Thriller. Acción.

Cartel de la película

Título Orig.- Pulp Fiction.  Director.- Quentin Tarantino. Argumento.- Quentin Tarantino y Roger Avary.  Guión.- Quentin Tarantino.  Fotografía.- Andrzej Sekula (DeLuxe – Panavision). Montaje.- Sally Menke.  Música.- Karyn Rachtman.  Productor.- Lawrence Bender.  Producción.- A Band Apart Prod. – Jersey Films para Miramax Films.  Intérpretes.- John Travolta (Vincent Vega), Samuel L. Jackson (Jules), Uma Thurman (Mia), Harvey Keitel (Señor Lobo), Tim Roth (Pumpkin), Amanda Plummer (Honey Bunny), Bruce Willis (Butch), Maria de Medeiros (Fabienne), Ving Rhames (Marsellus Wallace), Eric Stoltz (Lance), Rosanna Arquette (Jody), Christopher Walken (Koons).  v.o.s.e.
Palma de Oro del Festival de Cannes. 1 Oscar: Guión Original.
6 candidaturas: Película, Director, Actor principal (John Travolta), Actor de reparto (Samuel L. Jackson), Actriz de reparto (Uma Thurman) y Montaje.
Música de sala: Canciones de la banda sonora de Pulp Fiction (1994) de Quentin Tarantino.


Críticas del estreno:
 

   «La trayectoria precedente de Quentin Tarantino es todavía muy corta. Tan sólo una película (la sorpresa que supuso Reservoir Dogs), el guión de Amor a quemarropa (víctima de Tony Scott) y el guión del nuevo trabajo de Oliver Stone (Asesinos natos), cuya paternidad es rechazada por el escritor debido a los cambios que ha sufrido su texto original. Demasiado corta, en cualquier caso, como para que el autor de PULP FICTION haya sentido ya ¡tan temprano!, la tentación del autoplagio y de la autoparodia a la hora de concebir este film, que ofrece la apariencia de una comedia bárbara protagonizada por gángsters, matones a sueldo, boxeadores, mujeres fatales y delincuentes de medio pelo… La materia prima con la que trabaja Tarantino, y su fuente central de referencia (como anuncia el título), son los viejos pulp en los que nace la literatura hard boiled (Hammett, Cain, Burnett) que luego alimentaría el brote del cine negro. Situaciones y estereotipos que son extraídos de su contexto literario original para ser recortados, aquí, en altorrelieves paródicos y en modelos reciclados bajo el prisma cóncavo del excesivo: un brillante ejercicio manierista levantado sobre un artificio narrativo de tres historias inicialmente independientes, pero cuyos personajes salen de unas para entrar en otras, y entrelazadas -aquéllas- por una estructura temporal en forma de bucle.
   Toda la concepción dramática, estética y narrativa del film pivota, sin embargo, sobre dos moldes (estrictamente dos) que Tarantino prolonga con complacencia inequívoca desde sus trabajos anteriores: la superposición de largas y retóricas set pieces monopolizadas por inagotables diálogos que se estiran y se enredan sobre sí mismos, y la explosión intermitente de furiosos ramalazos de violencia gratuita, cuyo estallido es dilatado de forma caprichosa al margen y con independencia de las necesidades internas del relato. Sobre la reiteración obsesiva de este mecanismo se levanta una propuesta esencialmente lúdica e intrínsecamente referencial, con escaso sentido de la medida y casi ninguna capacidad de síntesis.
   Hinchada hasta la inflación de cine sobre el cine, salpicada de imágenes pretendidamente shocking y plagada de guiños cómplices, PULP FICTION terminará generando, inevitablemente, un posicionamiento cinéfilo inmediato y contribuirá, prematuramente, a avivar el fuego del “culto a Tarantino”. La desenvoltura y el desparpajo con los que la película juega sus bazas (y la más pequeña de todas no es, precisamente, la forma en que saca partido de un reparto estelar: de John Travolta a Harvey Keitel, de Bruce Willis a Uma Thurman) confieren al producto una buena parte de su poderosa personalidad y contribuye a potenciar el ruidoso artificio puramente formalista, y casi vacío, sobre el que se sostiene».
 
Texto: Carlos F. Heredero, “Pulp Fiction” en “Cannes 94: un debate apasionante y un palmarés arbitrario”, rev. Dirigido, junio 1994.

 Tráiler de Pulp Fiction (1994).

Valoración: 
    «Desde las páginas de su guión, Quentin Tarantino nos propone un curioso y alambicado juego narrativo. PULP FICTION podría considerarse el Vidas cruzadas del lumpen, un prólogo y tres historias que se cruzan entre sí varias veces, empleando a un florido repertorio de arquetipos hardboiled -atracadores de poca monta, asesinos a sueldo, hampones de altos vuelos, yonkies, furcias high standing, mafiosos aburguesados, desechos humanos de variado calibre, polis sádicos, chicas frágiles, taxistas perturbadoras, boxeadores en apuros…como guías para seguir este serpenteante laberinto espacio-temporal. Una explosiva mezcla entre Raymond Carver y James Hadley Chase filtrada -y en ocasiones, lastrada- a través de unas imágenes pop a ratos fascinantes, en algún instante cargantes, pero siempre artificiosas pese a su brillante exposición. La escritura fílmica desarrollada por Tarantino para la ocasión es la parte blanda de su propuesta, los residuos post-modernos de una hábil -y chirriante- fundición de estilos varios -el cine de gangsters de los años treinta, los thrillers de serie B de los cincuenta, policíacos dirty años sesenta, e incluso, unas gotas de Sergio Leone (!!!)…-. La enésima muestra del cine neo-barroco que, hoy por hoy, abunda en Hollywood, inflado de referencias, guiños y préstamos visuales, amén de argumentales, reciclados y prensados al gusto contemporáneo. Desde un punto de vista cinematográfico, la época de sequía creativa que, en líneas generales, atraviesa el cine americano, alienta este tipo de espejismos. No existe ningún atisbo de originalidad en PULP FICTION, sin embargo, la pericia técnica de Tarantino para disimularlo es notable. Aunque esto ya se vislumbraba en su opera prima, Reservoir dogs.

   […] Segunda película escrita y dirigida por Tarantino, PULP FICTION es, principalmente, un juego cinematográfico, una propuesta lúdica, festiva, ribeteada de cuantiosos apuntes perversos. Para degustarla -que no disfrutarla- exige, de manera egoísta y prepotente, acorde con la personalidad de su autor, la buena predisposición del público; o mejor dicho, de un cierto tipo de público, cinéfilo y de gustos anclados en la más espúrea coyuntura. Los ingredientes para convertir PULP FICTIONen una cult movie de temporada. El innegable virtuosismo formalista de la cinta, tan pirotécnico como efectivo, al servicio de contenidos inocuos, se asienta en larguísimos diálogos, a veces un tanto farragosos, otros sugestivos, alargando verbalmente muchas secuencias hasta el límite de lo soportable. La banda sonora, integrada, como en Reservoir Dogs, por canciones, está hábilmente colocada, punteando los momentos dramáticos sin ahogarlos en música. La violencia y el humor actúan de basculante contrapeso de una ficción nacida y elaborada con ínfulas autoparódicas. Tarantino, rey del exabrupto, modula, encoge y estira el relato mediante una magnífica utilización de la pantalla ancha, del espacio escénico, del contenido del plano y la elipsis». […] 
Texto:
Antonio José Navarro, “Pulp Fiction: el fascinante artificio de Tarantino”,
Dirigido, septiembre 1994

Reseña –diez años después- (2004):
   «Con su segundo largometraje, PULP FICTION, Tarantino se impuso una pirueta narrativa aún más esforzada que la de Resevoir dogs, asumiendo sin ningún tipo de prejuicios el carácter de brillante artificio de la propuesta, la narración por la narración o la reconstrucción retórica de la misma. 


   […] ¿Dónde está el artificio de PULP FICTION? En su orden narrativo, que permite idas y venidas, “reapariciones” de personajes muertos, agujeros narrativos momentáneos y círculos concéntricos. […] Tarantino se defendía en estos términos de quienes decían que no hacía películas sobre la vida ni tenía nada que decir: “Yo no intento ‘decir’ ninguna cosa, sino crear personajes y contar una historia a partir de la cual ‘el sentido’ puede aparecer”. Podríamos añadir que en la construcción artificial, no realista, de sus relatos, Tarantino busca también conferir un nuevo sentido al arte de narrar cinematográficamente. No siempre lo consigue, y la propuesta se diluye a veces en el ornamento, pero vale la pena intentarlo. Artificio no es siempre un término despectivo».

Texto:
Quim Casas, “Pulp Fiction” en “Estudio: Quentin Tarantino, la puesta en escena del reciclaje”,
Rev. Dirigido, enero 2004.


La música:
  
   «Tarantino concibe la mayor parte de sus secuencias pensando de antemano en la música que utilizará. Emplea muy poca música incidental y opta generalmente por canciones (rock’n’roll, rock, blues, soul, algo de country, funk y bandas sonoras cinematográficas y televisivas) no muy conocidas. 

   […] El director de Reservoir Dogs piensa tanto en imágenes como en sonidos. Una de sus mayores virtudes es la de encontrar siempre la pieza justa y saber acoplarla debidamente a la cadencia o el sentido de las imágenes en cuestión. […] A diferencia de otros cineastas que recurren abusivamente a las canciones de rock como hueca banda sonora (a veces hasta Scorsese se excede en su utilización), Tarantino las adapta de manera íntima y subjetiva, ya que pertenecen casi siempre a las vidas de los personajes. El hecho de que se trate de piezas poco o nada populares refuerza este sentimiento: el espectador no las reconoce al principio, en la primera visión del film, y no puede identificarse con ellas. El olfato musical de Tarantino es meritorio y su faceta como arqueólogo de los sonidos de los sesenta y setenta resulta sin duda notable. No utiliza sólo canciones, sino que obliga a los protagonistas de sus films a hablar de música de la misma manera natural que él pueda hacerlo. El rock o el soul, como la música folclórica en el cine pretérito de John Ford, forman parte de los ritos cotidianos de los personajes creados por Tarantino».
 Texto:
Quim Casas, “Pulp Fiction” en “Estudio: Quentin Tarantino, la puesta en escena del reciclaje”,
Rev. Dirigido, enero 2004.