Los jueves, milagro (1957)

Área de Cine y Audiovisual / Cineclub Universitario UGR / Aula de Cine "Eugenio Martín"

 Película enmarcada en el ciclo dedicado a LA COMEDIA CLÁSICA ESPAÑOLA, segunda entrega de nuestra sección (RE)DESCUBRIR EL CINE ESPAÑOL, realizado en FEBRERO 2015.

  “Está en peligro de rapto, si no es que está raptado. Se le trae, se le lleva, se le utiliza para esto y para lo otro y, con frecuencia, se le traiciona. […]. Los berlanguistas son legión y bien atrincherados, y sólo debemos lamentar que la terquedad y la fuerza empleadas en enajenar a Berlanga, no sean utilizadas para aclararlo y situarlo donde corresponde, en su auténtico lugar. A nosotros nos gusta el Berlanga real, pero no el Berlanga bandera; por eso lanzamos un S.O.S. angustioso y ofrecemos un premio por su rescate”.

“Rescate de Berlanga” en “Cinema Universitario”

«- ¿Era la productora de LOS JUEVES, MILAGRO del Opus?

BERLANGA: “Sí, totalmente, y tuve muchos problemas por este motivo. Hubo contactos con varios escritores para modificar el guión, uno de ellos fue Torcuato Luca de Tena. Tengo una carta suya en la que dice que él no modificaba algo ya escrito por otro autor. También me pusieron un cura para ayudarme…”.

Pero ¿qué problemas le veían a la película?

– “Pues supongo que no era lo suficientemente ortodoxa, en la línea que ellos deseaban.”

Sin embargo, los sectores progresistas la calificaron como una película católica.

– “Sí, si es que lo es. Yo no era católico practicante, pero tampoco era un hombre que tuviese esa fascinación negativa hacia la Iglesia que tanto obsesionaba a Buñuel. Yo he sido un hombre anticlerical por tradición familiar. Mi madre, aunque practicante, no era de una religiosidad exacerbada y mi padre era agnóstico. La idea de la película se me ocurrió cuando una de mis tías, muy beata, arrastró a mi madre y a la mujer de mi hermano, que es muy imaginativa, a ver un milagro que se producía en un pueblo de la provincia de Castellón y que iba adquiriendo una cierta notoriedad. Decían que la Virgen se aparecía todos los jueves y esto ocasionó que comenzasen a ir autobuses y peregrinaciones. Lo increíble es que algunos llegaban a ver cosas. Yo recuerdo que mi cuñada decía: ‘pues yo vi una lucecita que apareció y desapareció un momento’.”

Esta iconografía de enfermos que se van a curar es un poco la de Lourdes

– “Sí, yo había pensado también en Lourdes, porque allí ya se ha creado una industria paralela para vender estampitas y figuras.”

En tus primeras películas, que transcurren en ambientes rurales, siempre aparece un personaje foráneo que transforma la vida rutinaria del pueblo. En el caso de LOS JUEVES, MILAGRO, es san Dimas.

– “Bueno, el personaje de san Dimas es posterior, porque la película terminaba, en el primer tratamiento, antes de la aparición de este santo con camisa y corbata. Por eso, como os decía, yo estaba convencido de que la película era defendible ante las autoridades religiosas, y de hecho así lo hice.”

¿Y cómo terminaba ese primer tratamiento?

– “Pues terminaba como termina la primera parte, es decir, cuando fracasa el segundo milagro y queda el tonto del pueblo viendo cómo comienza a amanecer y todos los demás se van porque el milagro no se produce. El personaje que protagoniza Isbert no se atrevía a volver a aparecer delante de todo el pueblo al pensar que le iban a reconocer. La última imagen era la del tonto del pueblo arrodillado, quedándose solo en la estación, con un tren que aparece a gran velocidad detrás de él.”

Pero eso también era muy fuerte para los censores, casi más que la solución de san Dimas, un santo guapo con camisa y corbata.

– “No, porque la lectura era que los milagros organizados no funcionan, que sólo se los cree el tonto del pueblo. No había nada irreverente en la película, pero aun así no les gustó. Veían gato encerrado, veían que el final significaba que sólo los imbéciles se creen lo de los milagros.”

Fue entonces cuando incorporaste la aparición de san Dimas.

– “La historia fue así: a mí me contrata un señor para hacer la película y yo le cuento una primera idea terminando con el fracaso del milagro en la estación del tren. Quedamos de acuerdo pero, al poco tiempo, este hombre vende la productora al Opus Dei. Los nuevos productores me dicen que debía reforzar el contenido religioso y José Luis Colina y yo escribimos el guión incorporando a la historia original la aparición de san Dimas. El santo, que al final de la película desaparece, deja una ficha de la policía en la que se revela su verdadera identidad religiosa. Esta escena no aparece, en la versión no censurada que ha rescatado la Filmoteca, dejando la ambigüedad de si es un pícaro o un santo.”

En el fondo, lo que se sugiere en el mensaje que deja san Dimas al hacer todo tipo de trucos casi de feria es que la gente empieza a tener fe cuando se produce un milagro, y hasta aquí es perfectamente ortodoxo pues remite a la figura de Jesús que sin los milagros no hubiera tenido éxito. Resulta irónico, ¿no?

– “Sí, además, ahora recuerdo que el eslogan que pensé para vender la película a los distribuidores era que si Dios es el número uno en todo, debía ser también el número uno en el humor… Pero a los censores no les hizo ninguna gracia…”

Es difícil conocer el sentido del humor de Dios, pero el de san Dimas es muy visible. Cuando le disparan una bala y se la come al vuelo, parece estar anticipándose al gag de Indiana Jones con el látigo y la pistola.

– “Sí, ése es un golpe más de mago que de santo. Bueno, la magia y la religión tienen cosas en común…”

Pensamos que LOS JUEVES, MILAGRO es una de tus mejores películas, en cambio no tuvo mucho éxito entonces ni el suficiente reconocimiento después.

– “Yo siempre decía que la primera mitad de LOS JUEVES, MILAGRO era mi mejor realización, donde había armonizado mejor el texto con la imagen y donde me había encontrado más cómodo rodando. Ahora, al volver a verla, he confirmado que es una de mis películas con mayor fluidez narrativa. Pero también estoy convencido de que las imposiciones de censura arruinaron el final de la película.”

Carlos Cañeque & Maite Grau, ¡Bienvenido, Mr, Berlanga!

Análisis de las miserias cotidianas

   LOS JUEVES, MILAGRO es, en opinión de Diego Galán, un acercamiento al análisis de muchas de nuestras miserias cotidianas en la forma de un pueblo alienado y subdesarrollado que para salir de esa situación deciden inventar un milagro con el fin de promocionar turísticamente su balneario que ya no visita nadie. Manantial milagroso al que el propio pueblo acudirá en masa con el fin de tratar de solucionar sus propios problemas. De hecho, en la parte final de LOS JUEVES, MILAGRO se muestra a los habitantes del pueblo recogiendo agua en bacinas, palanganas, jarros o vasos viejos, en un auténtico enloquecimiento colectivo.

   Película que, por su temática, tropieza, en primera instancia, con la fuerte intervención en el guión del sacerdote y censor padre Garau, impuesto por los productores y a quien Berlanga pretendía situar en los créditos como verdadero responsable de la historia. Sin olvidarnos de las numerosas mutilaciones exigidas por la Junta de Censura, así como del remontaje que los productores hacen a su aire y las secuencias adicionales que rueda Jorge Grau a instancias de los nuevos dueños de la empresa cuando el Opus Dei se hace cargo de ésta.

   Lo que da como resultado, en palabras de Carlos F. Heredero, un boceto adulterado de lo que podría haber sido LOS JUEVES, MILAGRO; aparentemente, una fábula satírica y maliciosa sobre la falsificación de un milagro, apadrinada por las fuerzas vivas del pequeño y modesto balneario de Fontecilla con la finalidad de conseguir un reclamo turístico y de levantar así la economía del empobrecido lugar. Es decir, una nueva incursión por las interioridades de una pequeña comunidad que decide refugiarse en la fantasía para escapar de sus frustraciones materiales y de la pobreza de sus horizontes vitales. Muy en la línea del “milagro americano” que  los habitantes de Villar del Río esperaban en Bienvenido, Mister Marshall, de la guerra fantasiosa que planificaban los aburridos burgueses de Novio a la vista o de la ilusión que crea entre los pobladores de Calabuch la llegada de un viejo y sabio científico.

   El tratamiento de la manipulación religiosa desde el prisma laico de Berlanga incluye una consideración descreída sobre las motivaciones crematísticas del falso milagro y la introducción del anzuelo turístico, ya considerado en  1957 como una importante fuente de ingresos para el país. LOS JUEVES, MILAGRO muestra la utilización que los poderosos hacen en beneficio propio de la ingenuidad de los débiles, ingenuidad también presente en el hecho de esperar todo de los milagros. Una consideración que permite conectar a la película, todavía, con el ideario regeneracionista de la renuncia y de la autenticidad.

Fuente: Cuaderno del ciclo dedicado a LA COMEDIA CLÁSICA ESPAÑOLA, segunda entrega de nuestra sección (RE)DESCUBRIR EL CINE ESPAÑOL, realizado en FEBRERO 2015.