PICNIC EN HANGING ROCK (1975)

Área de Cine y Audiovisual

Me encanta el sonido, y también me encanta el silencio. Disfruto mucho cuando preparo la banda sonora. Y siempre he encontrado que el silencio sirve para movilizar nuestras emociones. Nosotros llevamos una vida tremendamente ruidosa en las ciudades, siempre hay ruido alrededor nuestro, por eso el público se siente muy incómodo cuando hay un silencio absoluto. Yo utilizo ese silencio par sorprenderlo y movilizarlo.

Peter Weir

Introducción

Hoy, a las 21:00 horas, en la Sala Máxima del Espacio V Centenario, el Cineclub Universitario / Aula de Cine inicia el ciclo «Maestros del cine contemporáneo (VIII): Peter Weir» con la película «Picnic en Hanging Rock (1975)», en versión original en inglés con subtítulos en español. Entrada libre hasta completar aforo.

Análisis de Picnic en Hanging Rock

El propósito de Peter Weir era crear una obra fílmica que se explicara a través de las imágenes, desoyendo cualquier invitación a emplear la voz en off de un narrador. Cliff Green libraría un guión con pocas líneas de diálogo, que propiciaría a Weir visualizar Picnic en Hanging Rock como si de un auténtico pionero del cine se tratara para una historia que se focalizaba precisamente durante los primeros compases del Séptimo Arte. La atención por el detalle, por irrelevante que fuera, su fijación en los silencios, en los sonidos extraídos de la Naturaleza juegan a favor de ese cine sensorial que ganaría altura en el siguiente film de Peter Weir, La última ola.

Todo ello con el beneplácito de la autora de la obra del mismo nombre, Joan Lindsay, sabedora que sus compatriotas habían sabido desentrañar las esencias de un texto cuya razón de ser no nace tanto de describir sino de sentir, colocando al lector y/o al espectador en el frontispicio de una realidad imaginada o quizás algo imaginado pero con un poso de realidad.

La extraña desaparición de las alumnas de un internado está resuelta con una naturalidad y savoir faire digno de los mejores creadores de atmósferas en este campo. Acompañan a tal menester en la puesta en escena, la música que emana de la flauta de pan de Gheorghe Zamphir y los prolongados pero significativos silencios, tan solo rotos por la violencia verbal y los tensos diálogos. Una vez más la lucha de clases vuelve a irrumpir en el cine de Weir, en esta ocasión, la clase aristocrática representada por los moradores -mayoritariamente, mujeres- del internado convive de forma desigual con la clase media baja, representada por (ex)inquilinos de orfanatos. La enseñanza estricta, metódica y punitiva, cuyo mayor exponente es una directora derrumbada por los acontecimientos, contrasta con la imagen bucólica, como si de un cuadro se tratara, en la que se dan cita en plena naturaleza la plana mayor de las féminas de la escuela, totalmente liberadas de sus ataduras. Weir capta también de manera sutil la atracción sexual entre personas del mismo sexo. La irradiación de la belleza -perfectamente reflejada por el director de fotografía titular de Weir, Russell Boyd– de una de las alumnas ataviada de blanco antes de desaparecer, es un claro símbolo que profetiza que algo mágico va a ocurrir.

De hecho, la temática que trata realmente Picnic en Hanging Rock es la existencia de una segunda realidad mítica, que se manifiesta a través de un retorno a la paganidad, reflejada en el día caluroso de picnic, que invita a la distensión corporal, en una roca milenaria peligrosa. Lugar donde parece intuirse la existencia de una segunda realidad que se manifiesta a través de lo que la convención define como irrealidad.

Conclusión

Un hermoso film, exento de violencia física, de uno más de los crímenes/desapariciones que han quedado sin resolver en terreno austral. A saber, la desaparición de tres alumnas y una de sus profesoras, de un internado australiano, durante una excursión a un lugar denominado Hanging Rock (Roca del Ahorcado), el 14 de febrero de 1900. Dos de las chicas y la profesora no aparecieron nunca más. Aparecerá una, mas no recordará nada de lo sucedido. Sin embargo, ha sufrido una transformación física: A su regreso es una persona más madura y sensual. Y no es extraño que no se vuelva a ver a las desaparecidas: Sus cuerpos han alcanzado una fusión total con la naturaleza.

Una historia inquietante con referencias al pasado y al mundo de los sueños.

   Fuente: Cuaderno del Cineclub Universitario / Aula de Cine.

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