EL GATOPARDO

Área de Cine y Audiovisual

CCU-Abril-2016-LUCHINO-VISCONTI-727x1024b   “¿Se han preguntado alguna vez leyendo ‘El Gatopardo’ si un hombre como Tancredi habría podido decir algún día sí no sólo a la represión de los motines de 1896, sino incluso al fascismo? Yo me he formulado esta pregunta y debo decir que la luz que Lampedusa arroja en dirección de una respuesta afirmativa me ha afectado profundamente”.

Luchino Visconti

 

El_gatopardo-293022739-large   Ficha Técnica:

  • Año.- 1963.
  • Duración.- 185 minutos.
  • País.- Italia-Francia.   
  • Género.- Drama.
  • Título Original.- Il Gattopardo.
  • Director.- Luchino Visconti. 
  • Argumento.- La novela homónima (1958) de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.
  • Guión.- Luchino Visconti, Suso Cecchi D’Amico, Pasquale Festa Campanile, Massimo Franciosa y Enrico Medioli.
  • Fotografía.- Giuseppe Rotunno (Technicolor – Super Technirama 70).  
  • Montaje.- Mario Serandrei. 
  • Música.- Nino Rota.
  • Productor.- Goffredo Lombardo.  
  • Producción.- Titanus – Pathé Cinéma – S.C.G.
  • Intérpretes.-  Burt Lancaster -doblado por Corrado Gaipa- (don Fabrizio de Salina), Alain Delon -doblado por Carlo Sabatini- (Tancredi), Claudia Cardinale -doblada por Solveyg D’Assunta- (Angelica Sedara), Rina Morelli (Maria Stella Salina), Paolo Stoppa (don Calogero Sedara), Serge Regiani –doblado por Lando Buzzanca- (don Ciccio Tumeo), Romolo Valli (padre Pirrone), Leslie Franch (Chevalley), Ivo Garrani (coronel Pallavicino), Lucilla Morlacchi (Concetta), Ida Galli (Caterina), Mario Girotti (Cavriaghi), Pierre Clémenti (Francesco Paolo).
  • Sinopsis.- Película basada en la novela homónima (1958) de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Es la época de la unificación de Italia en torno al Piamonte, cuyo artífice fue Cavour. La acción se desarrolla en Palermo y los protagonistas son Don Fabrizio, Príncipe de Salina (Burt Lancaster), y su familia, cuya vida se ve alterada tras la invasión de Sicilia por las tropas de Garibaldi (1860). Para alejarse de los disturbios, la familia se refugia en la casa de campo que posee en Donnafugata en compañía del joven Tancredi (alain Delon), sobrino predilecto de Don Fabrizio y simpatizante del movimiento liberal de unificación. (FILMAFFINITY).
  • Premios.- Nominada al Oscar: Mejor vestuario (Color); Festival de Cannes: Palma de Oro; Globos de Oro: Nominada nueva promesa masculina (Alain Delon); National Board of Review: Top mejores películas extranjeras; Premios David di Donatello: Mejor producción.

   Análisis:

imagen_el_gatopardo   EL GATOPARDO es el punto en que se cierra la obra del Luchino Visconti anterior a 1962 y en el que nace la posterior; es el film donde el realizador consiguió expresar mejor la dialéctica entre lo histórico-crítico y lo personal-sentimental, que distingue a sus mejores películas (SENSO y ROCCO Y SUS HERMANOS), pero también es la primera adaptación literaria en la que el realizador se subordina absolutamente al original literario, aun tomándose la libertad de suprimir el último capítulo del libro: en la novela muere Don Fabrizio y hay un epílogo que se desarrolla en el año 1910 bajo la acotación “Fin de todo”; en Visconti sólo existe la intuición de una muerte próxima, prefigurada por la contemplación del cuadro “Muerte del justo”, de Jean-Baptiste Greuze, por la lágrima irreprimible que resbala por la mejilla del príncipe mientras se contempla en el espejo (viendo en él a la vez su propia vejez y el final de la aristocracia que él representa), y por el paso del Viático ante Don Fabrizio arrodillado, con el fondo sonoro de los fusilamientos y el manto visual del amanecer más triste jamás filmado, que hacen imposible no pensar en el aislamiento del “Retiro” de Verlaine.

   Visconti resuelve su adaptación de la novela de Lampedusa, gestionada con la ayuda de Pasquale Festa Campanile, Enrico Medioli, Suso Cecchi D’Amico y Massimo Franciosa, ilustrándola con la bellísima partitura musical de Nino Rota (proveniente de su “Sinfonia sopra una canzone d’amore”), y efectúa una mezcla de fresco histórico, ópera, cine musical (forma sinfónica) y cine novelesco, elementos ya presentes en films anteriores pero sublimados aquí por el lírico acoplamiento de nostalgia y pasión.

el_gatopadordo   El realizador considera la novela de Lampedusa como el libreto de una ópera y acumula en su puesta en escena todo su amor por el arte: la fotografía, de Giuseppe Rotunno, juega espléndidamente con los colores consiguiendo páginas de gran belleza que remiten a pintores como Delacroix y Hogarth; el tratamiento es abiertamente novelesco; trajes y decorados están estilizados sin dejar de ser realistas; son abundantes los espejos, las estatuas, los visillos y las cortinas, los cuadros, los pañuelos y las flores como representaciones de una sensibilidad. Y el tono dado por Visconti al conjunto es decididamente verdiano: Como en las óperas de Verdi hay en EL GATOPARDO una abrumadora carga de melodía y dramatismo, sin olvidar tampoco el asomo de una cierta vulgaridad.

gattopardo   Todo tiene, en EL GATOPARDO, tanta fuerza y resulta tan conmovedor que se pueden disculpar algunas debilidades del film: La escasa fuerza dramática de la batalla de Palermo y ciertos detalles relacionados con el personaje de Angelica (Visconti rompe la armonía de la planificación para destacar más la vulgaridad de la joven, cachorro de la nueva clase ascendente: Primer plano de Angelica mordiéndose los labios, o llevándose un dedo a la boca mientras escucha a Tancredi, u ocultando el rostro detrás de un abanico, o mojándose los labios con la lengua). Como sucedía con los lunares de las damas en los retratos renacentistas, son esos detalles los que realzan la hermosura del cuadro.

   La filmografía posterior de Visconti indaga trabajosamente en la doble condición del ser humano reflejada en EL GATOPARDO: El capitalismo nacido a finales del siglo XIX trae consigo no sólo un nuevo infrahombre, opuesto al superhombre nietzscheano y condenado a un eterno deambular sin rumbo en busca del beneficio económico, sino también un hombre-a-Ia-intemperie, entregado intermitentemente al vacío ocioso que deja el tiempo de los negocios y, por lo tanto, también desprotegido ante la angustia que provoca la mirada en el espejo, la misma que enfrenta al príncipe consigo mismo en su vagabundeo durante la escena del baile. Efectuadas todas las transacciones, rematados todos los intercambios, reaseguradas las posiciones, Salina ya no puede mirar ni al esplendor del pasado, que se le escurre entre los dedos, ni a la esperanza del futuro, que no le pertenece, y de ahí su errancia sin fin: Mientras los demás bailan, contempla su rostro demacrado en el espejo, conversa desganadamente con otros espectros como él, intenta refugiarse en habitaciones solitarias y, finalmente, accede a bailar con Angelica un último vals, no tanto una despedida como el enfrentamiento postrero con el otro, el mismo, ahora encarnado en un deseo sexual que nunca podrá satisfacer si no es a través de su sobrino, su sucesor.

   Desde el inicio, el príncipe se refugia en el distanciamiento y la inmovilidad: Se aleja de sus compinches de clase para contemplarlos desde fuera, se recluye en las estancias más solitarias para sentarse y reflexionar. Frente al constante ajetreo del resto de los asistentes, que bailan y charlan de habitación en habitación, él prefiere dejar de moverse, convertirse en naturaleza muerta, única verdad frente a la gran mentira de ese bullicio sin sentido del poder, cuyos cachorros pretenden vivir el tránsito sin convulsiones. Al final, el príncipe se aleja solo por las calles, se arrodilla ante un viático y desaparece a la izquierda del encuadre, entre las sombras de la madrugada, hasta que su figura se funde con la oscuridad.

CCU-Abril-2016-LUCHINO-VISCONTI-727x1024   Fuente: Cuaderno del Cine Club Universitario.

   Si os ha gustado este post os animamos a compartirlo para que el mayor número de personas posible asistan y disfruten hoy de esta película, perteneciente al Ciclo Maestros del Cine Clásico (IX): Luchino Visconti (en el 110 aniversario de su nacimiento), organizado por el Área de Cine y Audiovisual (Cine Club Universitario) de La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada, en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias, a las 21:00 horas. Versión original en italiano con subtítulos en español.

   Precio normal de la entrada: 2 €; Precio con carnet del Cineclub: 1,50 €.; Abono 10 sesiones: 9 €.

   ¡Muchas Gracias por leer!

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