El diablo sobre ruedas (1971)

Área de Cine y Audiovisual

CARTEL MARZO 2016 (Steven Spielberg)2    “EL DIABLO SOBRE RUEDAS condensa todas las cualidades que tanto otros directores de la Nouvelle Vague como yo teníamos como objetivo: armonía, luminosidad, modestia, elegancia, velocidad…, sin sus defectos: frivolidad, falta de consciencia, ingenuidad (…) Es un debut cinematográfico modélico”.

François Truffaut

   “En EL DIABLO SOBRE RUEDAS era obvio que teníamos a un nuevo director muy brillante”.

David Lean

   “Aunque había conocido a Steven en varios festivales de cine a principios de los años setenta, no fue hasta 1971 cuando me fijé en él. Fue durante una fiesta en la casa de Coppola, mientras estaban echando por televisión EL DIABLO SOBRE RUEDAS (…) Una vez que empecé a verla, no hubo manera de arrancarme del televisor… Pensé: este chico tiene un gran talento”.

George Lucas

   “Puro cine. Solo puro cine. En la meticulosa e implacable consecución de la tensión y del suspense, Steven Spielberg siguió unas pautas claramente hitchcockianas (…) Cada plano de esta película rezuma el instinto biológico del lenguaje cinematográfico”.

Clélia Cohen

    Por formación, Steven Spielberg pertenecería a la tercera generación de la televisión pasada al cine después del trasvase masivo de realizadores de la pequeña pantalla a la industria de Hollywood a partir de la segunda mitad de los 50 y, en segunda oleada, entrada ya la década siguiente. Si su debut en el medio televisivo se produjo en la serie de Night Gallery de Rod Serling y después realizó algunos episodios para producciones no fantásticas como Marcus Welby, Audacia es el juego y Colombo, el estreno en salas comerciales de su primer telefilm, EL DIABLO SOBRE RUEDAS, le convertiría en uno de los nombres a tener en cuenta en el agresivo cambio generacional que se estaba produciendo en ese momento en el cine norteamericano.

Imagen de duel (1971).   “Duel”, el relato de Richard Matheson que sirve de base a EL DIABLO SOBRE RUEDAS, aparece publicado en la revista “Playboy” en abril de 1971: en él, un motorista solitario es perseguido por un homicida al volante de un camión cisterna. La historia se basaba en un incidente que le había ocurrido al autor cuando un camionero le intentó echar de la carretera cerca de su casa en el valle de San Fernando, una anécdota muy común en un tráfico cada vez más congestionado, en el que los camioneros y los motoristas a lo “Easy Rider” se consideraban como una especia de héroes, sujetos a sus propias leyes.

   En 1970, Steven Spielberg llevaba ya dos años trabajando en televisión para la Universal cuando recibió la propuesta de Barry Diller, encargado de las películas de la programación de la cadena ABC, de hacer un telefilm para el programa “La Película de la Semana”. Cuenta Spielberg que en un principio no se sintió muy atraído por la idea, pero que al llegar a sus manos el guión de “Duel” su actitud cambió; lo leyó con el entusiasmo de un fan -Matheson había escrito varios episodios de su idolatrada serie de televisión “The Twilight Zone” y la novela original en la que se basó su admirada El increíble hombre menguante (The incredible shrinking man, Jack Arnold, 1957) – y encontró posibilidades de hacer una película personal. Sería su primer largometraje y nada tendría que ver con las series en las que había estado trabajando.

Imagen Duel   La vieja historia de David y Goliat, trasladada a los tiempos del asfalto, era presentada en un frágil personaje, débil, cobarde, y en un gigantesco, oxidado y agresivo camión. El conductor del gran monstruo pierde todo protagonismo absorbido por el montón de chatarra. Por eso, cuando David intenta hablar con él, bajándose de su automóvil y dirigiéndose a pie hacia donde está el camión, el monstruo rugiente se aleja eludiendo todo contacto físico. No es un asunto para tratar entre hombres, es un asunto de máquinas -un camión y un automóvil-, aunque el gigantesco camión advierta continuamente de su fuerza vital rugiendo con su claxon y echando por el tubo de escape el humo de sus más bajos instintos.

   El tema central de la película es la caza y está definido en aquel plano en el que David llama a su mujer por teléfono y lo vemos a través del cristal circular de la puerta de una lavadora. David está en el punto de mira de un cazador: el camión. David es la presa a cazar.

   Con unos breves apuntes, Spielberg presenta a un protagonista que resulta, cuando menos, indiferente, por no decir despreciable. La escena del café incidirá, una vez más, en ese carácter pusilánime. Pero el director juega sabiamente la baza del enfrentamiento desigual entre el hombre y la máquina, entre David Mann y el camión, y esto hará que, con no ser simpático, el espectador termine poniéndose de parte de David, aunque sólo sea por identificación biológica ante el peligro.

   Ficha técnica:

  • El_diablo_sobre_ruedas_TV-991686482-largeAño.- 1971.
  • Duración.- 90 minutos.
  • País.- EE.UU.  
  • Género.- Intriga. Thriller.
  • Título Original.- Duel.
  • Director.- Steven Spielberg.
  • Argumento.- El relato “Duel” (1971) de Richard Matheson.
  • Guión.- Richard Matheson.
  • Fotografía.- Jack A. Marta (Technicolor).
  • Montaje.- Frank Morriss.
  • Música.- Billy Goldenberg.
  • Productor.- George Eckstein.
  • Producción.- Universal Televisión.
  • Intérpretes.- Dennis Weaver (David Mann), Jacqueline Scott (sra. Mann), Eddie Firestone (el dueño del café), Lou Frizzell (el conductor del autobús), Gene Dynarski (el cliente del café), Lucille Benson (la mujer de las serpientes), Tim Herbert (el empleado de la gasolinera), Alexander Lockwood & Amy Douglas (los ancianos del coche).
  • Premios.-
    1972: Premios Emmy: Mejor Edición de sonido; nominada a Mejor fotografía.
    1971: Globo de Oro: Nominada a Mejor telefilm.

   Apuntes y Curiosidades:

  • Spielberg planificó la película entera con storyboards, al igual que un comic gigante, en este caso con cerca de 40 metros de longuitud. Después de haber trabajado sobre el argumento por adelantado, recorrió los lugares de rodaje –Soledad Canyon en California– durante días ante de iniciarlo, puso estacas en los lugares donde se iban a hacer las escenas de conducción más peligrosas y donde se emplazarían tres cámaras. En lugar de tener que preparar la cámara para cada nueva toma, hizo que el coche y el camión pasasen enfrente de la cámara por turnos, para capturar tres tomas en el mismo tiempo que se tardaba en filmar una. Resultado: lo que se hubiera tardado en rodar mínimo dos meses, se resolvió en 16 días. Y sin escatimar en el gasto de la película. Sólo para las secuencias de las persecuciones rodó más de cuatro horas, lo que resultaba excesivo para una modesta producción de televisión. El gasto total se estimó en 450.000 dólares. Años después se comprobaría, en contra de la opinión generalizada de todos los que habían participado en el proyecto, que los beneficios generados por EL DIABLO SOBRE RUEDAS eran inesperados. Sólo en su exhibición en Europa sobrepasó los ocho millones de dólares de recaudación.
  • camión de duel (1971)El duelo entre el urbanita gris, apocado, agarrotado por el pavor al volante de su Plymouth rojo, y el siniestro, deshumanizado y bestial camión, especie de monstruo de acero, tiene algo de mítico, de atávico, como la desigual lucha del bravo guerrero medieval contra un dragón escupefuegos. De los cinco camiones cisterna que le dieron a elegir al director, cuatro de ellos tenían una parte frontal moderna y plana, de primera calidad y con amplias ventanas que dejaban ver al conductor hasta debajo de las rodillas. Spielberg escogió el quinto, uno antiguo de marca desconocida, color marrón, lleno de barro, oxidado y con aspecto de abandono. Su anticuado y dividido parabrisas no sólo daba la sensación de que el vehículo tenía el ceño fruncido en señal malévola, sino que además si el cristal estaba sucio ocultaba al conductor completamente. Como si el camión careciera de conductor.

   Fuentes: Cuaderno del Cine Club Universitario.