Cazador blanco, corazón negro (1990)

Área de Cine y Audiovisual / Cineclub Universitario UGR / Aula de Cine "Eugenio Martín"

Presentación y Análisis

   CAZADOR BLANCO, CORAZÓN NEGRO es una de las películas de Eastwood mejor rodadas. Desde la primera secuencia, en la que prepara con divertido suspense su aparición tras un periódico abierto, interpretando el papel, bastante poco creíble, de un jinete “preparado para la caza del zorro”, Eastwood director se mueve con una inesperada desenvoltura: alterna fluidos travellings con encuadres muy elaborados y teatrales, casi kubrickianos, como procede en escenografías para él tan insólitas como un palacio del siglo XVIII. En África el estilo cambia ligeramente: el uso de la steadycam se hace más nervioso, como en el partido de fútbol o en la secuencia del mono que roba el guión. Eastwood, en estos casos, no quiere reproducir el caos de forma mimética y naturalista, sino crear un modo de ver la realidad inestable y provisional: un gran paso adelante con respecto a la década precedente, en la que abundaba el uso de la cámara en mano.

Que el núcleo de la construcción dramática de CAZADOR BLANCO, CORAZÓN NEGRO sea la conflictiva personalidad de John Wilson, la versión de Huston que interpreta el director, hace que el metraje se centre en definir sus contradicciones, sus rarezas: en la mayor parte de las escenas, Eastwood opone lo que dice su verborreico protagonista con sus acciones no verbales, sean simples miradas o muestras de sensibilidad como dibujar a mano alzada a la sra. McGregor (Mel Martin). Todo para intentar ofrecer un retrato lo más complejo y rico posible de lo que, en realidad, no deja de ser una idealización de la figura de Huston.

   CAZADOR BLANCO, CORAZÓN NEGRO es hasta cierto punto una consecuencia lógica en la carrera de muchos realizadores que, como Eastwood, llegados a un determinado punto de las mismas, parecen sentir la necesidad de llevar a cabo lo que suele denominarse como una ‘reflexión sobre su propio oficio’, en la línea pongamos por caso de títulos como Cautivos del mal (The bad and the beautiful, 1952) / Dos semanas en otra ciudad (Two weeks in another town, 1962), ambos de Vincente Minnelli, 8 y medio (Otto e mezzo, 1963), de Federico Fellini, FRAUDE (F for Fake, 1974), de Orson Welles, La noche americana (La nuit américaine, 1973), de François Truffaut, El estado de las cosas (Der stand der dinge, 1982), de Wim Wenders, Ed Wood (1994), de Tim Burton, Irma Vep (1996), de Olivier Assayas, u 800 balas (2002), de Alex de la Iglesia, por citar rápidamente unos pocos. Para la ocasión, Eastwood escogió una novela de Peter Viertel convertida en guión por James Bridges, Burt Kennedy y el propio Viertel basados, libro y libreto, en las experiencias reales de este último durante el rodaje de La Reina de África. En CAZADOR BLANCO, CORAZÓN NEGRO, Eastwood interpreta a John Wilson, un realizador en el que no cuesta demasiado ver determinados rasgos popularizados y difundidos sobre la personalidad de John Huston, entre ellos su famoso carácter aventurero y su afición al boxeo: aquí, Wilson hace frente a un rudo empleado de hotel, más joven y fuerte que él, porque le ha visto tratar cruelmente a un criado africano que ha derramado accidentalmente el contenido de una copa sobre un invitado. Por su parte, Jeff Fahey encarna a Pete Verrill, el guionista no acreditado del film que Wilson/Huston quiere hacer en Africa.

Ficha Técnica

  • Año.- 1990.
  • Duración.-  112 minutos.
  • País.- EE.UU.
  • Género.- Aventuras.
  • Título Original.- White hunter, black heart.
  • Director.- Clint Eastwood. 
  • Argumento.- La novela homónima (1953) de Peter Viertel.
  • Guión.- Peter Viertel, James Bridges y Burt Kennedy.  
  • Fotografía.- Jack N. Green (Technicolor).  
  • Montaje.- Joel Cox. 
  • Música.- Lennie Niehaus. 
  • Productor.- Clint Eastwood.  
  • Producción.- Malpaso Productions / Rastar Pictures para Warner Bross.
  • Intérpretes.- Clint Eastwood (John Wilson), Jeff Fahey (Pete Verrill), George Dzundza (Paul Landers), Alun Armstrong (Ralph Lockhart), Marisa Berenson (Kay Gibson), Charlotte Cornwell (miss Wilding), Richard Warwick (Basil Fields), Timothy Spall (Hodkins), Catherine Neilson (Irene Saunders), Mel Martin (sra. McGregor), Clive Mantle (Harry), Mathias Chuma (Kivu).
  • Sinopsis.- Crónica de los diversos avatares que precedieron al rodaje de «La reina de África», de John Huston. El director viajó a África con el pretexto de localizar los exteriores, pero, una vez allí, para desesperación del productor y el resto del equipo, resultó que su único y verdadero objetivo era cazar un elefante. (FILMAFFINITY).
  • Premios.- 1990: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película).

  Curiosidades

  •    CAZADOR BLANCO, CORAZÓN NEGRO es la primera ocasión para Eastwood de rodar una película sobre el cine: una etapa obligada para todo autor, aunque prefiere, de forma más modesta, decir que deseaba rendir homenaje a John Huston, muerto en 1987. Eastwood imita incluso su gesto y su voz y deja claro que la película que está rodando Wilson es sin duda La Reina de África (The African Queen, 1951) -con unos sosias deslucidos de Humphrey Bogart y Katharine Hepburn-, mientras que en el libro de Peter Viertel la película en fase de elaboración contaba otra historia. Pero Wilson también es un personaje típico de Eastwood y su alter ego: como él, también Eastwood está rodando una película descabellada, sin preocuparse por las expectativas del público. Wilson es testarudo y autodestructivo; pero también es un espíritu libre que no juzga a los hombres por su raza y vive en una especie de carnaval permanente.
  • Sin embargo son numerosas las novedades del personaje con respecto a sus predecesores. Para empezar, Wilson es un intelectual, capaz de expresar claramente su propia poética: un artista que, como Eastwood, valora la independencia, pero no quiere adoptar una pose esnob y despreciar el cine al que pertenece, el de Hollywood. Además Wilson está corroído por una obsesión profunda y blasfema que lo convierte en una especie de Ahab de tierra firme. Para Wilson, matar un elefante, el ser más majestuoso de la creación, es peor que un delito: es “un pecado, el único que se puede cometer pagando una licencia”.

   Fuente: Cuaderno del Cine Club Universitario. Centro de Cultura Contemporánea. Vicerrectorado de Extensión Universitaria. Universidad de Granada.