ATRACO PERFECTO (1956)

Área de Cine y Audiovisual

“Hacía mi servicio militar en el Signal Corp y buscaba, desde hacía tiempo, el modo de evadirme un poco de la televisión. Me gusta mucho el cine y buscaba un colaborador de talento. Pero quería que fuese desconocido y juntos realizásemos algo que rompiese violentamente con el conformismo de Hollywood, que es quizá la ciudad que más odio del mundo. Fue uno de mis compañeros de tienda quien me hablo de Stanley. Me dijo que tenía por amigo a un joven lleno de talento, que conocía el cine al dedillo, muy cultivado, y de una experiencia y madurez muy poco comunes. Me interesé mucho cuando me precisó que este muchacho escribía el tratamiento de los guiones que él mismo realizaba, siendo además su propio operador y que montaba igualmente todos sus films. Este amigo me aconsejó ver El beso del asesino. Me encontré ante un film frustrado, pero agradable por sus ambiciones. Era fácil, además deducir de ahí una personalidad muy interesante. No me decepcioné cuando lo conocí. Nos convertimos rápidamente en amigos y decidí producir su próximo film. Decidimos que para atraer más fácilmente a una productora convenía que nuestro guión se basase en una novela policíaca. Escogimos ‘Clean Break’, de Lionel White, y Stanley escribió la adaptación. United Artists aceptó invertir 200.000 dólares en el asunto y para dar el máximo de facilidades a Stanley, yo añadí 120.000 dólares más. Así fue como la Harris-Kubrick Corp. produjo Atraco perfecto, que asombró al mundo por lo módico de su precio, ya que fue un gran éxito comercial y, sobre todo, impuso el nombre de Kubrick entre los mejores.”

 James B. Harris

“Siento debilidad por los delincuentes y los artistas. Ninguno de ellos toma la vida como es. Toda historia trágica ha de estar en conflicto con las cosas tal y como son”.

Stanley Kubrick

Presentación

El viernes, 9 de febrero de 2018, a las 21:00 horas, en la Sala Máxima del Espacio V Centenario, el Cineclub Universitario / Aula de Cine  continúa el ciclo Maestros del Cine Moderno (VI): Stanley Kubrick (1ª Parte), con la proyección de la película «Atraco perfecto (1956)«. En versión original con subtítulos en español. Entrada libre hasta completar aforo.

Un atraco perfecto: Un inmenso puzzle

Atraco perfecto (1956)  las preocupaciones esenciales de Kubrick se manifestaron de una forma tangencial, infinitamente superior a El beso del asesino. No es difícil suponer que fundamentalmente fue la existencia de una historia inteligente, con un atraco perfectamente concebido y planeado, la precisión del plan, así como la forma narrativa utilizada por la novela, “Clean break” (1955) de Lionel White, lo que suscitó su interés. El eje narrativo del film lo construye la voz del locutor que anuncia que los caballos se preparan para la séptima carrera en Lansdowne Stakes, de 1.600 metros y una dotación de 100.000 dólares, que pueden ser para ‘Relámpago Rojo’, el caballo favorito. Como un inmenso puzzle en que todas las piezas van encajando finalmente, Kubrick nos cuenta sucesivamente la vida de cada uno de los integrantes de la banda, utilizando el narrador -y los altavoces del hipódromo- para que el espectador se dé cuenta de lo perfectamente engranados que se encuentran las acciones de todos ellos.

¡Sus films acaban mal!

El cerebro de la banda, Johnny, el organizador, fracasará, en parte, por haberse rodeado de gente incompetente. Es indudable que Kubrick proyectó en parte su personalidad en Johnny, el hombre lúcido, inteligente y capaz, el artista, al que la incompetencia de los demás impide triunfar.

El final es interesante de analizar porque muestra la colisión de varias líneas de fuerza. En la novela, Johnny era abatido por George –el cajero- en el aeropuerto, cuando herido, cree erróneamente que Johnny va a escapar con su mujer. Un desarrollo lógico de la historia, impondría un final en que Johnny disfrutara de su dinero, pero Kubrick tiene tendencia a que sus films acaben mal, quizá como consecuencia de su pesimismo asumido, y de su intento de concebir sus films como tragedias, más en Atraco perfecto hay otras razones.

Kubrick, consciente de la concesión a la moral bien pensante -y dominante- que supone que Johnny sea atrapado, intenta una vaga justificación que, para Antonio José Navarro, es muy poco convincente:

“En una película policíaca ocurre casi como en una corrida de toros, hay un ritual y un modelo establecido, que establece de entrada que el criminal no va a triunfar. Y aunque este dato pueda dejarse en suspensión durante un rato, está latente en el espectador y la prepara para el hecho de que el delincuente no va a lograr, su objetivo. Este tipo de final es más fácil de aceptar”.

Según Antonio José Navarro en el final moral (?) intervino decisivamente el hecho de que el film tenía que ser aprobado por la Legión Católica de la Decencia, que no hubiera aceptado un final con Johnny triunfante. Pero Kubrick se cubre ante esta imposición (relativa) haciendo que una serie de casualidades increíbles -la maleta que no cierra, su excesiva longitud que impide que la lleve consigo en el avión, y como la mayor de las ironías, el perrito de la señora gorda que cruzándose, por la pista, en el recorrido del vehículo que conduce los equipajes al avión, hace que tenga que frenar y la maleta de Johnny se estrelle contra el suelo, sembrando de billetes la pista de aterrizaje- hagan inverosímil la escena y resalten la falsedad de lo mostrado.

Cierre: Marcados por la fatalidad

Más allá del interés que el director pudiera tener en la propia mecánica casi de relojería del acto criminal, de lo que en realidad le interesaba hablar era de relaciones marcadas por la fatalidad, de la imposibilidad de escapar del propio destino: No en vano, las sombras en forma de reja proyectan el sino de sus personajes. Por eso tanto ellos como sus relaciones se reflejan y se complementan, chocan y se contradicen, porque ese detalle permite a Kubrick definirlos con mucha mayor eficacia y economía.

Fuente: Cuaderno del Cineclub Universitario / Aula de Cine.

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