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/ Palacio de la Madraza – Gabinete de Teatro

Ciclo «YO INTERROGO A LA ESFINGE. Rubén Darío, cien años después…»

Rubén Darío y la pintura: principio ekfrástico y sinestesia

Álvaro Salvador Jofre

Área de Humanidades

Entrada libre hasta completar aforo

Organizan: Cátedra Federico García Lorca y Seminario de Estudios Latinoamericanos

 

El pasado 6 de febrero se cumplió el primer centenario de la desaparición de Rubén Darío. Al final, “ella” fue donde él estaba y lo alcanzó, a los 49 años de edad. Este es, pues, además de un año cervantino y shakespereano, una año rubendariano, y así lo demuestran la gran cantidad de congresos y reuniones que se vienen celebrando, y se celebrarán en los próximos meses, en Latinoamérica y España.

Este ciclo testimonial, desarrollado por la Universidad de Granada a través de su Centro de Cultura Contemporánea, reúne a tres indiscutibles especialistas en la obra y la vida del poeta nicaragüense, José Carlos Rovira, Ricardo de la Fuente y el granadino Álvaro Salvador. La Cátedra Federico García Lorca y el Seminario de Estudios Latinoamericanos de la UGR se han unido para ofrecer una serie de conferencias en las que seguiremos interrogando a la Esfinge, tal como él dejó escrito en el poema dedicado a Juan Ramón Jiménez, “Los cisnes. I”, del “español” Cantos de vida y esperanza.

Esfinge u oráculo, Cisne o enigma, la transfiguración dariana nos remite una vez más al poeta ambiguo que interroga al futuro y que en el mismo poema declara: “Soy un hijo de América, soy un nieto de España…”. El poeta viajero que acabaría enterrado a los pies de San Pablo en la ciudad en la que dio sus primeros pasos; él, que tantas veces había sido derribado del caballo, “ciego de sueño y loco de armonía”, y que había ensayado su epitafio en un “Prefacio”: “Cuando dije que mi poesía era mía, en mí sostuve la primera condición de mi existir”.

 

“Rubén Darío y la pintura: principio ekfrástico y sinestesia”

La vocación musical arrastrará a Darío y al resto de los modernistas a un virtuosismo métrico y rítmico, presidido por el principio de “fonocentrismo” (tal y como demostró Noé Jitrik) y que aporta a este discurso poético uno de sus rasgos más característicos, más logrado incluso que el de la mayoría de los estilos coetáneos que se elaboran en Europa. Pero también es importante y muy rico el procedimiento sinestésico con la pintura, entendiendo este procedimiento como un “principio ekfrástico”.
Como en tantos otros aspectos, el momento en el que Darío escribe es también un momento de transición entre el concepto tradicional de ut pictura poiesis, muy limitado para los pintores por las teorías de Lessing en su Laocoonte –quien defendió la mayor contención, el mayor equilibrio clásico de la pintura y la escultura frente a la mayor expresividad de lo literario–, y la nueva concepción sinestésica de las artes consideradas como un discurso totalizante. Dos reacciones son las que se producen contra este formalismo de Lessing. De una parte, la búsqueda de la totalidad que la pintura iniciará a través del simbolismo y de las formas puras, la poesía o la música principalmente, tal y cómo lo teorizan Redon o Moreau, hasta alcanzar la estética impresionista y finalmente las formas vanguardistas, lo que se denominó como una “pintura musical” y de otra, el camino que inician los poetas desde la concepción esotérica de las correspondencias hasta las teorías de Morice, Banville, Gautier, los hermanos Goncourt, etc., y que desembocan en una especie de camino inverso en el que cada vez más los poetas se interesan por y se inspiran en la pintura, en lo que ellos mismos denominarán “las trasposiciones de arte”.
Las dos fueron empleadas con éxito por Rubén Darío en la elaboración de una poesía que quería ya responder de un modo totalizante a las necesidades estéticas de la época.

 

Álvaro Salvador Jofre

Álvaro Salvador Jofre es catedrático de Literatura Hispanoamericana y Española en la Universidad de Granada. Entre sus publicaciones destacan, en el ámbito de los estudios darianos, trabajos como Rubén Darío y la moral estética (1986) o Introducción al estudio de la literatura hispanoamericana (1987,1994 y 2005; en colaboración con Juan Carlos Rodríguez), así como ediciones críticas de textos de Rubén Darío como Azul… y Cantos de vida y esperanza (1992), Prosas Profanas y otros poemas (1999), Las rosas artificiales (2003) o la reciente Poesía Completa (2016; en colaboración con Concepción González Badía-Fraga y Erika Martínez).

En 2002 recibió el premio Casa de las Américas de Ensayo por su obra El impuro amor de las ciudades (Notas acerca de la literatura modernista y el espacio urbano) (2002 y 2007).

Ha colaborado con numerosos artículos en revistas especializadas españolas y extranjeras y formó parte del consejo de redacción de revistas emblemáticas granadinas como Letras del Sur, Olvidos de Granada y La Fábrica del Sur. En la actualidad es miembro del consejo asesor de las revistas Anales de Literatura Hispanoamericana y La Estafeta del viento y es director de la revista electrónica de estudios trasatlánticos Letral.

Desde 1978 a 1984 fue director del Aula de Poesía de la Universidad de Granada y desde 1989 a 2000 director de su Seminario de Estudios Latinoamericanos. Asimismo, desde su fundación en 1992 ha sido miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Estudios Literarios Hispanoamericanos y es miembro de número de la Academia de Buenas Letras de Granada y Vicepresidente del Ateneo de Granada.