ALFIE (1966)

Área de Cine y Audiovisual

Lewis decidió ponerme la cámara muy cerca y hacerme hablar no a un público sino a un confidente muy próximo. Esta sensación de intimidad les gustó tanta a los que vieron las pruebas que decidimos seguir adelante con ello. Me permitía hablarle al público incluso aunque apareciera en pantalla con otro actor, que, se supone, no oía lo que yo estaba diciendo. También pude hacer apartes, y en la escena con Eleanor Bron, en el papel de la doctora que me examinaba por la tuberculosis, me dirigí por entero al público durante toda la escena, con apartes ocasionales hacia el personaje de la pantalla. Esta secuencia resultó ser una de las mejores y más divertidas de la película.

Michael Caine

Presentación

El viernes, 25 de mayo de 2018, a las 21:00 horas, en la Sala Máxima del Espacio V Centenario, el Cineclub Universitario / Aula de Cine proyecta Alfie (1966). Película del ciclo Un rostro en la pantalla (V): Michael Caine (1ª parte: los años 60), en versión original con subtítulos en español. Entrada libre hasta completar aforo.

Narración en forma de confesiones ante la cámara

Fiel al espíritu determinista de la sociedad y la cultura británicas (en un país casi recién salido de la Segunda Guerra Mundial), Alfie describe a su personaje central interpretado por Michael Caine, un chófer de coches de alquiler egoísta, cínico, manipulador, engreído, ignorante, cobarde, que desprecia a las mujeres, que evita a los niños y que tiene pocos amigos, como un producto lógico de la ciudad donde vive, del trabajo que desempeña, de sus relaciones familiares y, en general, de las circunstancias que le han acompañado a lo largo de su vida. Pero también del particular momento que está atravesando la capital de Gran Bretaña por aquel entonces: Los años del “Swinging London”, cuando la liberación sexual está en su máximo apogeo.

Este estudio de personajes fue rompedor en su momento en su uso de la narración en forma de confesiones ante la cámara, y mantiene maneras visuales del free cinema británico aunque aquí nos encontremos en terrenos más comerciales. Con fluidez se pasa del humor a las situaciones patológicas o se dejan aflorar las emociones, en un film donde no se trata de rebajar la aspereza de lo narrado. Hay también momentos con una atmósfera más sórdida, particularmente la aparición del médico abortista interpretado por Denholm Elliot que interviene cuando Lily (Vivien Merchant), una mujer casada a la que ha seducido Alfie, queda embarazada; un tratamiento que acentúa el tono de moralismo ambiguo del relato.

Las mujeres de Alfie

Las mujeres en la vida de Alfie, que son muchas, son todas producto de su época. Jane Asher como Annie, la autoestopista adolescente que Alfie le “roba” a un camionero en un área de descanso de la carretera, es la típica chica que en los sesenta abandona su casa en busca de acción y enfrentada al trato displicente de Alfie se limita a gimotear y poner morritos; en el extremo contrario, Ruby (Shelley Winters), la mujer madura para la que Alfie es un auténtico gigoló, se acaba convirtiendo en el refugio al que acudir cuando todo falla, y es quien más daño hará al chófer donjuanesco, pues le escupe en plena cara la caducidad de su belleza y de su capacidad de seducir.

Cierre

Alfie gana enteros en los momentos de debilidad de un Michael Caine, que seduce por igual a mujeres y espectadores a lo largo del metraje, tratando de encontrar las palabras para explicarle a su único amigo las dudas que empieza a tener sobre su vida hasta ese momento, tras presenciar un aborto clandestino y sorprenderse ante la valentía con que la mujer afectada lo había enfrentado. El personaje de Gilda (Julia Foster), su embarazo, y la experiencia de la paternidad es lo que más humaniza a este empedernido seductor, pese a que Alfie es incapaz de amar realmente a Gilda ni, a la hora de la verdad, responder como padre.

Fuente: Cuaderno del Cineclub Universitario / Aula de Cine.

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